
VICENTE ARAGUAS (Majadahonda, 5 de octubre de 2025). Leyendo a Federico. No, no a García Lorca, Federico le dicen los confianzudos, no es mi caso, que yo le llamo por ambos apellidos, de puro respeto que le tengo al granadino, o si acaso le digo Lorca a secas (oxímoron, que buen manantial era/ es el autor de La casa de Bernarda Alba). Que yo leo estos días de principios de otoño a Federico, a veces Martínez Utrera, otras, simplemente Utrera. Y digo que quien lo vea por esos campos de la vida, campos majariegos, de fútbol o no, también por el Cerro del Espino, naturalmente, con una bufanda rayista tan “vintage” como la “mosca” mosqueteril de su adorno capilar, igual no se entera de que estamos ante un elemento categórico, no nada anecdótico, sino un individuo que no solamente capeó toda una aventura editorial, Hijos de Muley Rubio, con sede majariega, por cierto, para darle de comer (y beber) aparte. Comer y no comistrajos, precisamente, beber, y no cualquier bebestible de esos de garrafón que les dan a nuestros muchachos cuando se ponen de copas hasta la coronilla. Lo cual que ando a vueltas con Federico Utrera, quedémonos esta vez con tal invocación, la que invoca la autoría del libro que me tuvo ocupado últimamente: “Cordel de Extraviados (Literatura y Arte) 1989-2009”. (más…)
