Editorial Hijos de Muley Rubio

Juan Luis Panero: Malcolm Lowry, Leopoldo Panero, la memoria y la muerte

Juan Luis Panero
Juan Luis Panero

El poeta Juan Luis Panero (1942-2013) antologó y editó varios libros en los últimos años de su vida. El primero fue una antología de su propia obra que se tituló “La Memoria y la Muerte”. El segundo lo tuvo a él mismo como antólogo del poeta y novelista inglés Malcolm Lowry. En este último volumen, el propio Juan Luis Panero seleccionó primero y tradujo después los poemas que más le interesaban, ofreciendo una selecta edición bilingue que sirve además de homenaje, porque en 2009 se conmemoró el centenario del nacimiento de Malcolm Lowry. Y en sus dos últimas entrevistas en la radio habló además de “En lo oscuro”, la antología de poemas de su padre, el poeta Leopoldo Panero. (más…)

Tristán, Isolda y Wagner con Bill Viola en el Real: ver música y escuchar imágenes

images“Un día tendremos un arte optofonético, que nos permitirá ver música y escuchar imágenes simultáneamente. Esto será la verdadera revolución en el arte”, vaticinó el pensador, fotógrafo y pintor húngaro Moholy Nagy (1895-1946), otro sabio enterrado por las miserias humanas de la Historia, como Nikola Tesla. La representación del “Tristán e Isolda” de Richard Wagner en el Teatro Real de Madrid ha suscitado la misma conmoción y alborozo que ya tuvo lugar hace 9 años en París. Poco ha cambiado la sucursalidad desde los tiempos de Goya. Pero no trata esta crónica de los avatares históricos del evento. Como primer –y hasta ahora único y clandestino– biógrafo del videoartista norteamericano, Bill Viola, autor de la escenografía, Federico Utrera no realiza una crítica musical sino visual, pues cree que el acierto de haber contado con el videoartista para esta ópera se debe a que es uno de los pocos que se  toma tan en serio la audición como la visión. «En los museos muchos se olvidan de oír los cuadros y Bill Viola nos obliga a escuchar sus vídeos de la misma manera que nos invita a mirar», explica.

Puede leer la crónica completa pinchando aquí. 

Leopoldo Panero, según Gabriele Morelli y Huerta Calvo: «Poesía de la intimidad», «En lo oscuro» y «Astórica»

Leopoldo Panero
Leopoldo Panero

El poeta Leopoldo Panero (1909-1962), patriarca de una singular saga de poetas (su hermano Juan, y sus hijos Juan Luis y Leopoldo María) sigue vivo a través del tiempo. El profesor de la Universidad de Bérgamo, Gabriele Morelli, acaba de publicar “Poesía de la intimidad”, una antología del poeta en edición bilingüe que seguramente hará las delicias del público degustador de la obra del poeta de Astorga. Y Javier Huerta Calvo, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y uno de sus más tenaces conocedores y divulgadores, sigue publicando libros, descubriendo poemas inéditos y disfrutando con esta poesía que aún conmueve a las nuevas generaciones de poetas. (más…)

Josefina Cuesta, Ingrid Schulze y Fernando Bruquetas: de las cárceles de mujeres a la «leyenda negra» de España y el ensayo histórico-biográfico

Fernando Bruquetas
Fernando Bruquetas de Castro

Josefina Cuesta (Universidad de Salamanca), Ingrid Schulze (Universidad Complutense de Madrid) y Fernando Bruquetas de Castro (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) han publicado tres libros de calado histórico que destacan por su singular enfoque y rigor. Sus temas son diferentes: de las cárceles de mujeres, a la «leyenda negra» de España, y el ensayo histórico-biográfico, aunque el denominador común es su originalidad.  (más…)

Videoarte y Anarquitectura: los años que vivimos innovadoramente

Imagen 1«Siempre me fascinaron los innovadores y por ello me cautivó la “anarquitectura” de Gordon Matta Clark, el “minimalismo” de Mitsuo Miura o el movimiento “zaj” de Juan Hidalgo. A la viuda del primero, Jane Crawford, la pude ver emocionada, a pesar del tardío reconocimiento de su marido, durante su primera exposición en España –hubo que esperar a su muerte, como es habitual en los precursores–. Al introductor de la vanguardia minimalista en nuestro país, Mitsuo Miura, de apellido tan español como japonés, lo visité en su estudio de San Emilio, barrio de La Elipa, cerca de la plaza de toros de las Ventas (Madrid), aunque ya había advertido antes la originalidad de su obra en el Artium de Vitoria. Incluso tuve el placer y el honor de poder exponer una obra suya tanto en una colectiva como en uno de mis libros. A Juan Hidalgo lo ruboricé con mi perenne y tenaz interés, según propia confesión, porque siempre me pareció un adelantado en todos los géneros que tocaba, mientras que a la sencillez y naturalidad de “Michel” Barceló, cuya precocidad siempre suscitó aquí tantas loas como envidias, sólo pude rendirme por la evidencia que supone estar ungido por el cielo para crear con originalidad», escribe Federico Utrera en el prólogo de este cuarto y último volumen de su tomo relativo al Arte en ese cofre que es su libro titulado «Cordel de Extraviados». (más…)

«Archipiélagos» de la pintura, escultura y fotografía: los últimos artistas tras la «edad heroica»

Imagen 1«He tenido la fortuna de admirar a varios artistas vivos en su período de madurez, el más fructífero pero también el más complicado para un creador que intuye haber llegado al cénit de su carrera y ya sólo le queda descender por un tobogán de hospitalidades. Así considero a Elvireta Escobio, pintora, viuda y heredera de Manolo Millares, que comenzó con su marido en el Grupo El Paso y dejó los pinceles para perpetuar el espíritu de las precarias arpilleras con las que él se envolvía como sustitutas del lienzo. Parecidos riesgos asumió en su isla César Manrique, al que debí caer simpático porque a pesar de mi primera ignorancia, que diría Cervantes, se aprestó a hacerme de guía en una célebre feria de arte contemporáneo de Madrid para abrirme los ojos y enseñarme a mirar. Tengo para mí que si no hubiesen fallecido prematuramente, Millares y Manrique serían hoy –si es que no lo son ya– dos de las grandes figuras del arte europeo y su proyección sería aún mayor de la que ahora poseen en el resto del mundo», señala Federico Utrera en este volumen que ha titulado genéricamente «Archipiélagos» y que versa sobre pintura, escultura y fotografía.

Y concluye: «Guardo también en mi memoria mi fugaz encuentro con Eduardo Chillida y Pilar Belzunce en su casa de Intz Enea, durante los desgraciados prolegómenos de la enfermedad que dos años después acabaría con su vida. El destino había querido que el genial escultor firmase su último escrito en uno de mis libros y mi admiración por su obra quedó ya patente e incombustible al tiempo. En el plano arquitectónico, nada hubiera sido posible sin la alianza con “Jafo”, el ingeniero con el que se unió para llevar adelante sus desafíos. Su hijo David Fernández Ordóñez, que siguió su misma profesión, me regaló el libro de su padre sobre Eugène Freyssinet, “el último de los grandes ingenieros de la edad heroica”. Pocos saben que el fundador de esta estirpe de ingenieros, Francisco Fernández Conde, fue además de amigo, muy respetado por el propio Freyssinet, aquel que ejerció una ingeniería que no renunció nunca a soñar hacia adelante. De aquellos polvos vendría después la pretensada simbiosis entre Eduardo Chillida y José Antonio Fernández Ordóñez, cuyo esfuerzo conjunto verá algún día la luz en Tindaya (Fuerteventura)». Por último, el autor guarda un recuerdo muy especial hacia el pintor Cristino de Vera y el fotógrafo Carlos Pérez Siquier, con quienes compartió tantos momentos que han quedado reflejados en estas páginas.

Índice:

Archipiélagos

– Pinceles que escriben

– Millares de excusas

– Millares de Tàpies

– Dalí, Gaudí… Manrique

– De la mano de César Manrique

– Místicos y voluptuosos

– ¿Qué pinta un canario en Silos?

– Constelaciones

– Una cena con Aurora Ciriza

– Un lienzo por pantalla (cine y pintura en Canarias)

– Apolo entre los pinos

Chillidairi

– Chillida-Tindaya, una noche de amor desesperada

– Chillida Leku ¿Arte o Naturaleza?

– La casa que habla

– “Jafo”: una mirada ética

– Ojalá que llueva café en Tindaya

– Epitafio por un escultor genial

– Luz cálida en Madrid y Tindaya

Arte Privado

– Arte contemporáneo privado

– Galeristas y artistas independientes

– Arte en otoño

– Rumbos de la escultura

– Arte como inversión

– El bello arco del triunfo (Arco 2004)

Imágenes y Collage

– Óculos

– Imágenes de Catalá-Roca

– La mano que aprieta el mapa

– La imagen del magrebí

– La democracia en viñetas

Comprar en HMR el libro digital: «Archipiélagos: pintura, escultura y fotografía»

Comprar el tomo digital completo en Amazon

Comprar el tomo completo en Bubok (digital o papel)

Comprar el libro en papel en Amazon (edición original) 

Picasso, los realistas modernos y los surrealistas disidentes: un libro para recorrer el Arte del siglo XX

Imagen 1«Soy de esos ilusos que creen que al final de nuestros días sólo acarrearemos algunos recuerdos relacionados con el Arte que pudimos gozar durante breves instantes porque tanto ayer como mañana nos resultarán memorables: un cuadro que nos emocionó, una escultura que logró conmovernos, aquella obra arquitectónica sobrecogedora… A sus autores los habremos observado y estudiado tanto que nos parecerán coetáneos, cuando en realidad sólo se nos traspasó su legado desde la generación anterior», escribe Federico Utrera en el segundo volumen correspondiente al tomo relativo al Arte de su «Cordel de Extraviados». La obra la ha titulado «Picasso, los realistas modernos y los surrealistas disidentes». Y explica por qué:

«En mi caso, pertenezco a un tiempo donde Pablo Picasso reinó masivamente como genio innovador de la pintura, ya sin ningún género de dudas, aunque entre las élites pude atisbar las primeras críticas que discernían sobre sus etapas de apogeo y declive, lo que ofrecerá en el futuro nuevos caminos para comenzar a pensar en su sustitución como primer referente de la pintura contemporánea. Junto a él, a pesar de sus luces y sus sombras, siempre me atrajo el surrealismo y me entusiasmaron sus participantes españoles: Salvador Dalí, Joan Miró, Juan Gris y Oscar Domínguez. Hacerse un hueco a la vera del maestro y del movimiento estético más solvente de aquella época no fue fácil, pero ellos supieron arrumbar sus imperfecciones –la tentación vulgar y naif en el caso del de Cadaqués, la deriva propagandística en el primer Miró, las emulaciones y copias del canario– y su trabajo en conjunto aguantó muy bien los cambios en el gusto de quienes los sobrevivieron».

Entre los grandes del siglo XX se adentra en el mundo de Modigliani, pero no es el único italiano: «Con ellos, también me pareció prodigiosa la disidencia de Giorgio de Chirico: sustraerse al cómodo y rentable camino de consolidarse como primer icono surrealista fue a mi juicio una decisión tan valiente y acertada que la posteridad lo hará crecer aún más de lo gran artista que fue. Y por paradójico que parezca, afianzará su pionera pintura metafísica más que si se hubiera dedicado a cultivarla con el mismo brío que en sus orígenes». El español nacionalizado norteamericano, Federico Castellón, y el peruano Fernando de Szyszlo, compañero de Mario Vargas Llosa en su viaje a las tierras de Gauguin, completan esta galería de retratos tan particular, que el autor concluye así:

«Por último, vayan también dedicados estos textos a los pintores que suscitaron mi curiosidad, por su paciencia al atenderme para estudiar sus obras y una mención a los indalianos Francisco Alcaraz, con quien tanto disfruté y aprendí artística y gastronómicamente en Saldaña de Ayllón (Segovia), y Francisco Capuleto. De éste último grupo conocí incluso a su fundador, Jesús de Perceval, en los albores de mi adolescencia. Todos ellos perdonaron mi atrevimiento y fueron generosos al evaluar mis pesquisas, cuyo resultado les ofrezco».

Índice:

Modernos

– Realismos modernos

– Al mal tiempo buena cara (sobre el retrato en pintura)

– Modernos (Néstor de la Torre)

– Una aventura indaliana

– Indalianos en el Reina Sofía

– Indalianos y republicanos

– Cubistas, surrealistas e indalianos

– Los indalianos, Premio Espais

Picasso, en español

– Picasso reina en el Prado

– Picasso en español

– Vanguardias Rusas

– El pobre Modigliani

– Modigliani, al Sur

– Juan Gris, instinto africano

– Dos amigos y una firma: Picasso y Domínguez

Surrealismo disidente

– Oscar, el color del dinero

– Oscar Domínguez en Sevilla

– Los tres que se cruzan: Chirico, Dalí y Domínguez

– Los falsos Chiricos de Oscar Domínguez

– “Giotto” de Chirico ritorna a Spagna

– El tesoro oculto de André Breton

– Oscar Domínguez: perfil biográfico

– Un libro surrealista

– Miradas furtivas: Szyszlo y Vargas Llosa

– Otros doce pasos

– El espía que vino del Sur (Federico Castellón)

Comprar en HMR el libro digital: «Picasso, los realistas modernos y los surrealistas disidentes»

Comprar el tomo digital completo en Amazon

Comprar el tomo completo en Bubok (digital o papel)

Comprar el libro en papel en Amazon (edición original)

«Clásicos Revolucionarios»: una laguna que dejó Santiago Amón y que ocupa Federico Utrera

Imagen 1«La mayoría de los críticos de arte que conozco resumen los textos de los catálogos enviados previamente a los periódicos sin el menor vistazo a las obras expuestas. Federico Utrera va directo a mirar el campo de batalla, buscando la opinión de los expertos y juzgando por sí mismo frente a la realidad palpable de la obra. Esto no es tan común y no tengo por menos que recordarlo. Ví algo de ello en Santiago Amón, crítico de arte fiel a su conciencia y conocedor de la historia del arte. Su ausencia, como bien dijo Martín Ferrand, dejó huérfana a la crítica. Es lástima la falta en la prensa, tan rica, y osada en otras áreas como la política y la sociedad. Esto no está fuera de contexto cuando pienso que Federico Utrera puede bien sustituir la laguna que dejó Santiago Amón en la crítica de arte».  Con estas palabras, el conservador del Museo del Prado, Matías Díaz Padrón, prologa este libro cuyo primer volumen del tomo dedicado al Arte se titula «Clásicos Revolucionarios».

Velázquez, Durero, Tintoretto, Van der Hamen, Rembrandt, Van Gogh, Sorolla, Corot, Kandinsky o Rodin sobrevuelan estas páginas en las que Utrera recuerda al verdadero Maestro del Prado, el primero que le enseñó a mirar un cuadro: «En una ocasión tuve el privilegio de visitar el Museo del Prado con Matías Díaz Padrón (Valverde, El Hierro), conservador jefe de la mayor pinacoteca del mundo, que conoce como la palma de su mano y la pinta como su propia vida. Antes había sido invitado por Matías a las célebres tertulias y fiestas en su apartamento de la calle Casado del Alisal, a las espaldas del Museo, donde me apercibí como era considerado uno de los mejores especialistas internacionales en pintura flamenca y holandesa, autor de medio centenar de libros y catálogos, condecorado en Bélgica, Venezuela y Canarias pero aún no en España».

Y añade: «Su prestigio en el campo científico y artístico le otorga entre sus admiradores lo que Goethe o Azaña dibujaron como una “santidad civil” muy ligada a la inteligencia, tolerancia y natural bondad. Él, que rehuye los elogios fáciles y los honores que no son demasiado honorables, prefería ser en todo caso “santón” a “santo”, pues no en vano sus orígenes estudiantiles estuvieron ligados a La Iglesia Cubana, un movimiento cultural y lúdico que surgió como crítica a los dogmas más inflexibles de la curia católica. Quién se lo iba a decir: la vida terminó llevándole por derroteros artísticos donde las imágenes de beatos y vírgenes llevados al lienzo o a la tabla se convirtieron en su quehacer cotidiano. Así que logré apreciar el gusto por la pintura clásica gracias a Matías y eso me llevó a otros museos y artistas diferentes al Prado y a su apreciado Pedro Pablo Rubens, en especial el Palacio Real, la Fundación Carlos de Amberes y el Museo Thyssen-Bornemisza. A él le dedico estos textos sobre estos pintores clásicos, que en su momento fueron jóvenes revolucionarios, por su incansable fervor hacia el Arte y como tributo de sincera amistad».

Índice:

Clásicos revolucionarios

– Adivina quién te ve (Velázquez)

– Tintoretto en el zoco

– Durero, pintor viajero

– La ronda de Rembrandt

– Juan Van der Hamen, cuatro siglos oculto

– El fruto de la fe: arte flamenco

– “La hemorroísa” del obispo

– Luces y sombras de Ensenada y Riviere

– Las islas felices de Corot

– Los últimos días de Van Gogh

– Las almas gemelas de Sorolla y Sargent

– Las chumberas de Sorolla

– Kandinsky y los críticos de arte

– Rodin y vuelta al ruedo.

Comprar en HMR el libro digital: «Clásicos Revolucionarios»

Comprar el tomo digital completo en Amazon

Comprar el tomo completo en Bubok (digital o papel)

Comprar el libro en papel en Amazon (edición original)

Arrabal, Houellebecq y otras disidencias: vida y milagros en los contornos de la literatura

100«Todo hijo de vecino padece sus defectos y una de mis rémoras menos curables es que el arte y la literatura coetánea me aburren soberanamente y la novela aún más. El dramaturgo Fernando Arrabal fue una de las personas que mejor supo tratar esta enfermedad mía porque logró aunar conocimiento, emoción y diversión en sus obras. Aunque la gran mayoría que lo reconoce pero no lo conoce cree que vive en Babia, realmente habita en Babilonia. Y a este mago de las letras, con quién comparto su secreta admiración por Ramón, algún día se le caerá la máscara que tan magistralmente cultiva y se le equiparará, ya sin remilgos, con Coward, Pinter o Fo». Con estas palabras, el escritor Federico Utrera reúne en el último volumen de su primer tomo del «Cordel de Extraviados» sus contornos –por no decir arrabales y caer en la redundancia– y milagrosas vivencias en torno a la literatura.

«Guardo para mi recuerdo aquel día en que Madrid estrenó simultáneamente el “Fando y Lis” de Arrabal, “La cantante calva” de Ionesco y “El invierno bajo la mesa” de Topor y la magia pulmoníaca del teatro hizo que disfrutáramos juntos una inesperada fiesta pánica que concluyó sin él pero entre su liga de admiradores y amigos con unas copas de más, rondando con nocturnidad y alevosía al Mirto houellebecquiano en los arrabales del barrio de Chueca», añade el autor.

Más adelante se confiesa: «A Michel, sin embargo, lo conocí antes en Lanzarote a través de su libro homónimo. Fue él quién me reconcilió algo con la escritura contemporánea, siguiendo la más que digna tradición de Robbe-Grillet. Su máscara posterior no fue escénica sino mediática y temo que esto se lo haya contagiado su amigo español. Mis desencuentros, y no sólo lingüísticos, –en París, León o Almería–, con este tímido y huidizo escritor  al que tanto admiro, no disminuyen en nada mi interés por los otros géneros que toca –poesía, música, ensayo, videoarte, cine– y el hecho curioso es que leyéndolo a él entendí más la literatura de Arrabal, y en clave de FA, interpreté mejor la partitura de MH».

Y concluye: «Las últimas “Disidencias” que cierran este libro abarcan momentos que gracias a sus autores nunca olvidaré: ver emerger el Teide entre un mar de nubes desde la cumbre de Tejeda, como moldeado por un dios niño desde el cielo, me produjo tal arrobo que me turbó el ánimo, tal y como le sucedió a Unamuno en el mismo lugar de Gran Canaria. Hasta Zugarramurdi (Navarra) llegué con mi amigo Márquez Grau buscando las brujas de Caro Baroja, pero no nos atrevimos a franquear su casa en Vera de Bidasoa por si nos disuadía de la creencia, ya que habíamos entrevistado a una que se decía tal. Mi entrada en la Real Academia Española de la Lengua, a hurtadillas y por la puerta de atrás, la hice de la mano del filólogo Manuel Alvar, que en lugar de un incómodo sillón me brindó un confortable sofá para conversar con él. Queden para mi memoria aquellos recuerdos que me animaron a incluir estos artículos».

Índice:

Arra Baal en Babilonia

– Cartas y viajes de FA

– Ópera Paradisíaca

– Arrabal erotic

– Dios Arra Baal

– El Laberinto de Arrabal

– Diálogos Triviales

– ¡Que viene Topor!

– Una cena con Flotats

– Los Innombrables

– Vientos en la Molina

Houellebecq, en clave de FA

– Houellebecq y Mirto

– Día de Houellebecq con libros

– Houellebecq, en medio del mundo

– Arraballebecq

– Creemos que sueñan

– Houellebecq, en español

Disidencias: siglo XX

– Unamuno y la cosa pública

– Gofio y sueño en Unamuno

– La bruja coja de Caro Baroja

– Manuel Alvar, dialectólogo

– ¿Juan Marichal mercenario?

– Las cavernas de Saramago

– La guagua de Fernando Savater

– Se diría que Manolo Padorno había preparado su despedida…

– El mestizaje de Jorge R. Padrón y Manuel Andújar

– Al pan, pan y a Gómez, Arcos.

Tengamos la guerra en paz

– Sobre objetores y atlantistas

– Semiótica de la guerra

– Poemas para pensar la guerra

– Jorge Lozano y la moda

 

Comprar en HMR el libro digital: «Arrabal, Houellebecq y otras disidencias: vida y milagros en los contornos de la literatura»

Comprar el tomo digital completo en Amazon

Comprar el tomo completo en Bubok (digital o papel)

Comprar el libro en papel en Amazon

Nueve poetas místicos reunidos en torno a Juan Goytisolo

Imagen 4El novelista español exiliado en Marrakech (Marruecos), Juan Goytisolo. acaba de dar a luz sus primeros nueve poemas. Lo ha hecho con 82 años, por lo que la destilación ha sido lenta y enjundiosa. En este libro, el escritor Federico Utrera no se ha atrevido a explorar esa gracia que no quiso darle el cielo pero al menos tampoco ha renunciado a reunir en un libro a sus nueve poetas, entre los que sobrevuela un halo místico en la línea de la mejor tradición literaria española: «A Rafael Cansinos Assens, aligerado de guión y tilde, lo encontré una tarde cerca del Viaducto donde vivía su padre. Con gran generosidad me cedió la correspondencia de su progenitor con las dos hermanas Burgos, a una de las cuales yo pretendía biografiar entonces. Sin saberlo, me sumergió en el universo literario de este sigiloso prócer de la literatura española del que deriva Jorge Luis Borges, según propia confesión. Precisamente a la viuda del discípulo, María Kodama, sobre quien sobrevuela una leyenda de incurias y maledicencias que hubieran indignado a su marido, también le estreché su mano en Madrid, donde disertó con emoción sobre los últimos momentos del poeta. Meses después adquirí a precio razonable en el Centro de Arte Moderno el retrato que le dibujó Norah con los versos manuscritos de su hermano “A quién está leyéndome”. Cada vez que los releo me recuerdan aquel memorable acto poético de reivindicación de la escritura donde la conocí».

«Hacia los poetas que he agrupado bajo el manto de la mística y la vida profeso una rara admiración. De niño, como casi todos, perpetré algunos sonetos, pero pasé luego más de dos décadas ajeno por completo al mundo del Parnaso. Cuando me reencontré con él, descubrí que este noble e improductivo arte, si se sabe ver, mueve los hilos invisibles del planeta, pese a las imposturas y las incomprensiones. Siento mucho respeto hacia los poetas jóvenes que merecen llamarse así, y aún más hacia los que consagraron su vida a este hoy desdichado género. De entre todos, Juan Ramón Jiménez me elevó a sus alturas, pero si no hubiera sido por su sobrina nieta Carmen Hernández Pinzón y por don Paco, su padre, jamás hubiera descifrado la luciferina escritura del autor de los “Libros de Madrid”, lo cual me permitió editarlos».

«El resto de los elegidos, Luis Cernuda, Octavio Paz, Lezama Lima y Reinaldo Arenas, también tienen sus deudos. A los dos primeros llegué por Juan Goytisolo y Juan Luis Panero, que me ayudaron a desbrozarlos de la enorme paja con que estaban ocultos, la mayor parte de ella en forma de hueco panegírico. Los dos últimos pude alcanzarlos por obra y gracia de dos artistas cubanos: Iván González Cruz, difusor de la obra lezamiana en España, al que tras un breve carteo desde la Valencia donde reside, pude por fin conocer en una modesta vindicación que, sin demasiado público, se tributó en la Casa de América. Y el pintor Jorge Camacho, con quien disfruté unas maravillosas jornadas surrealistas en Tenerife y que me alumbró junto a su esposa, la madrileña Margarita, por las playas de arena blanca que conforman la imaginación de Reinaldo, para mi gusto, continuador y nuevo Lorca de América Latina».

«José Ángel Valente también fue una luminosa estrella. Su lectura y su circunstancial presencia en mi vida se deben a Alfonso Lázaro, mi mejor amigo hasta que murió prematuramente, pues él me lo presentó. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. De Juan Goytisolo apenas puedo añadir nada más que estos escritos. Cuando eché mis primeros dientes en literatura, me calificó generosamente como “intelectual” en un célebre artículo xenófilo. Desde entonces, lucho por desprenderme de tamaña ignominia y con su ayuda, algún día podré lograrlo».

Índice:

Borges y su maestro Cansinos Assens

– Es tiempo de los Borges

– Una y Mil noches con Borges

– La bohemia de Cansinos Asséns

Poetas de la Mística y de la Vida

– El archivo de JRJ

– Las prosas de Juan Ramón

– El centenario de Luis Cernuda

– La monja que amó Octavio Paz

– Las  ínsulas de Lezama Lima

– Diccionario de vida, por Lezama Lima

– El abuelo Polo de Reinaldo Arenas

– El mundo alucinante

Archipiélago Valente

– Epitafio por Valente

– Ecos insulares de José Ángel Valente

– Las ínsulas suizas

– Robayna y sus extrañas ínsulas

– De Syntaxis a Vulcane

Goytisolo y sus ejidos

– Goytisolo el extraviado

– El fracaso de Juan Goytisolo

– Hágase la luz

– Siquier y Goytisolo, un malentendido histórico

– Lagartijas y Chumbos en Níjar y La Chanca

– Flamenkitos sin tierra

– Una fotografía de Sánchez Mesa

– “El Príncipe” de Goytisolo

– El “monstruo” de Níjar

– El viaje de Chukri

– Las amigas de Juanita Narboni

Comprar en HMR: «Nueve poetas místicos reunidos junto a Juan Goytisolo»

Comprar el tomo completo en Amazon

Comprar el tomo completo en Bubok (digital o papel)

Comprar el libro en papel en Amazon (edición original)