Editorial Hijos de Muley Rubio

Antonio Puente: «Los años y la muerte en Umbral y el interesante pasaje del libro de Federico Utrera sobre los Panero y Valente»

Antonio Puente y Francisco Jarauta

MANU RAMOS. El poeta, periodista y escritor canario Antonio Puente (Las Palmas, 1961) presentó este lunes 25 de octubre (2021) su libro «El Sol en el suelo» (Ed. Amargord) en la librería del Centro de Arte Moderno de Madrid junto al filósofo Francisco Jarauta (Zaragoza, 1941). Y durante la velada se produjeron varias alusiones a escritores y periodistas relacionados con Majadahonda (Madrid). La primera de ellas hacia Francisco Umbral, cuando Puente recordó su célebre frase: «todos cumplimos los mismos años que va cumpliendo el siglo». Según esta curiosa teoría, los nacidos en el siglo XX tendrían ahora 121 años o 21, según se mire, lo que lleva al escritor canario a señalar: «el ingenioso pronóstico nos sitúa hoy en el dilema de si seguir representándonos como achacosos ancianos sobrecentenarios, hasta superar ya los 120 años de edad, o como, apenas, teenagers o púberes igualmente desconcertados». El libro, de hecho, se subtitula «Cuando el milenio era teenager», lo que parece recoger la idea de Umbral. (más…)

Federico Utrera escribe sobre Antonio Puente y Francisco Jarauta en «El Diario.es»: vaticinios del siglo XXI en «El Sol en el suelo»

Antonio Puente y Federico Utrera en la librería Centro de Arte Moderno de Madrid

FEDERICO UTRERA. Para mi generación -la del «baby boom» que ya atisba para algunos temerosos un incierto horizonte de jubilación- el final de la era analógica (siglo XX) afloró dos jóvenes poetas en Canarias de alta estima: Víctor Rodríguez Gago y Antonio Puente. Parecían la reencarnación contemporánea que a principios de ese siglo eran Tomás Morales y Alonso Quesada. Hasta que llegó Leopoldo María Panero, se afincó en la isla de Gran Canaria y arrambló con todo, arrinconando incluso al riguroso y asceta Sánchez Robayna como guardián penitente de Valente. Fue un cataclismo poético parecido al volcán de La Palma esto de tener a un genio, y además loco, en los aledaños, lo que hace imposible desbancarlo pese a la inutilidad de las escalas, que decía Juan Ramón Jiménez. Tres décadas después Antonio Puente reaparece en las cenizas de mi memoria -en realidad nunca se fue- con un libro memorable y una presentación genial en el Centro de Arte Moderno de Madrid, templo y museo de escritores, cueva de los ramonianos -entre los que me incluyo por vía consorte- y creación original de Claudio. Recién llegado a Madrid desde Argentina, a él mismo tuve el privilegio de comprarle un grabado de Norah Borges con el retrato de María Kodama -cuando los periodistas podían comprar cuadros-, que ella misma nunca me aceptó como regalo. Pero esa es otra historia… (más…)