Tal y como yo lo entiendo después de haberlo estudiado, el videoarte no tiene nada que ver con el cine o el documental, aunque frecuentemente sea confundido con ellos. Una pieza de videoarte se parece más a la pintura o a la música que a la cinematografía y basa su forma de ser en el tiempo como sustituto del color en el lienzo. La narrativa es profunda, en ningún caso dialogada como en la gran pantalla. La imagen realiza su propio discurso. El sonido forma parte de la obra, no la música como banda sonora. El cine sería a la novela lo que el videoarte a la poesía.
Con estos conceptos y después de haber impartido diversos talleres de videoarte en España y Estados Unidos, me he decidido a inaugurar un blog que vaya reuniendo información y noticias que no interesan al gran público ni a los grandes medios: la presencia de Bill Viola en Murcia, con la transcripción de su conferencia en un seminario sobre Ibn Arabi, la última exposición de Said Messari, un artista que conjuga el vídeo con el grabado, las experiencias del escritor Caballero Bonald en Chott El-Djerid, el desierto que tanto inspiró al videoarte, o la última conversación con Francisco Márquez Villanueva, el profesor emérito de la Universidad de Harvard, una semana antes de morir. Espero que l@s lector@s de este blog me proporcionen suficientes pistas para poder incorporar nuevos artículos con los que reunir una nueva visión sobre el videoarte y la cultura mejor basada en el conocimiento y la belleza, porque el artista del siglo XXI no solo es aquel que pinta, esculpe, graba o diseña bien sino alguien que además piensa bien.