Editorial Hijos de Muley Rubio

Antena 3 TV Internacional le dedica a Fernando Arrabal su «Primer Plano»

El programa «Primer Plano» de Mar Martínez Raposo, que se emite en el canal internacional de Antena 3 TV, le dedicó su espacio al dramaturgo Fernando Arrabal a propósito de su libro «¡Houellebecq!». A lo largo de la extensa entrevista, celebrada en los bellos y silenciosos jardines de un conocido hotel de la calle Recoletos de Madrid, Arrabal desgranó las vicisitudes de este original libro, que ha sido traducido en Francia y reseñado por más de un centenar de medios de comunicación de todo el mundo, ocupando incluso el interés de «The New York Times», que lo referenció en sus páginas literarias.

Arrabal-Houellebecq: dos autores en una misma colección de teatro y ensayo

DownloadedFileUno de los mayores éxitos editoriales de Hijos de Muley-Rubio (HMR) es el libro «¡Houellebecq!» de Fernando Arrabal, que contiene también textos del novelista francés y que, aunque cuenta en su interior con una versión francesa, ha sido publicado en Francia por la editorial Le Cherche Midi. En la entrada de este libro en esta misma página web pueden consultar una buena parte de las críticas y reseñas recibidas, las buenas y las malas, pero lo más relevante es que este volumen ha servido para publicar una colección digital con libros que aluden a estos dos autores, uno español y residente en Francia, el otro francés y residente buena parte del año en España.

Animamos a todos aquellos que posean originales sobre ambos a que los presenten en HMR para su publicación e igualmente alentamos a los grupos de teatro más independientes a que se arriesguen a representar «¡Arraballebecq!», la versión teatrera de este libro. Su antecedente más inmediato fue «Plataforma», llevada a las tablas bajo la dirección de Calixto Bieitio y protagonizada por Juan Echanove, Marta Domingo, Lluís Villanueva, Carles Canut, Mingo Rafóls, Belén Fabra y Boris Ruiz. Fue premiada en el Festival de Edimburgo y, tras estrenarse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, giró por varias ciudades de España: Córdoba, Jaen, Gijón, Logroño… En todas la reacción fue siempre la misma: llenos en las salas y largos aplausos entre el público. Y es que la legión de incondicionales y seguidores de Houellebecq anidan por todos los rincones del planeta… (más…)

Fernando Arrabal: «¡Houellebecq!»

houellebecq«Los dos que se cruzan, que se cruzan siempre con una precisión muy matemática, una regularidad muy desconcertante, una exactitud muy angustiosa, una puntualidad antipoéticamente milimétrica, uno viniendo del Norte y el otro del Sur, los dos que se cruzan, digo, se cruzan».
Óscar Domínguez. Les Deux qui se croisent. París, Fontaine, colección La Edad de Oro. 1947)

Un día Arrabal y Houellebecq se cruzaron en la parisina rue Jouffroy d’Abbans; uno español de Melilla, zapador nato ante los obstáculos, siempre con el optimismo por bandera, capaz de remover las aguas más profundas del teatro del mundo; otro francés de la isla de Reunión, inveterado escéptico y con propensión al desánimo, descriptor gélido y fundador de la nueva corriente literaria que algunos bautizan ya como depresionismo, un último ismo al que agarrarse. Se encontraron junto al piano del Hotel Pavillón Monceau, cerca de la casa del pintor Chirico; dialogaron y descubrieron que a los dos les atraía la isla de Lanzarote (Canarias), eran europeos nacidos en Africa, admiraban a Topor (1938-1997) y les apasionaba la cámara. De aquellos polvos vinieron estos lodos: su amistad fructificó con el tiempo y el azar objetivo del destino sorteó las dificultades geográficas y de comunicación a lo largo y ancho del globo: cuando uno iba a Almería, el otro venía de Nueva York, uno paseaba por Jerusalen y el otro descansaba en Irlanda… También de sus encuentros madrileños y otros avatares trata este libro, que nace de esa fusión de ideas estéticas, literarias y filosóficas tan dispares que arrojan sabrosa fecundidad en ambos.  (más…)

Plataforma Houellebecq

Houellebecq, por C. H. Valera
Houellebecq, por C. H. Valera

Alejandro Vargas (Ginebra).

Creo que he sido bastante intuitivo. Sin haberlo visto nunca, siempre tuve la sensación de que Michel Houellebecq (MH) me era un personaje familiar. Porque sus libros son como los que yo hubiera querido escribir, de alguna manera, y sus personajes como yo hubiera querido ser, a veces. Y también porque me recordaba a más de un amigo. En realidad, Houellebecq es un poco menos agrio y más vanidoso que el escritor que imaginé. 

Lo vi en Campus, el nuevo programa de literatura de la televisión pública francesa. Es una de las pocas apariciones de Houellebecq en televisión. Con la publicación de su novela Plataforma (Anagrama), MH se ha convertido definitivamente en un fenómeno mediático. Hace algún tiempo leí un artículo suyo, Je suis une star (Soy una estrella), donde daba cuenta de su nuevo estatus. Un día, cuando nos aburramos de lo que pasa en Irak o Afganistán, Houellebecq figurará en las portadas de Newsweek o Time. Por qué no. «El francés maldito», dirán los titulares, y se le verá en primerísimo plano, fumando. Fumando… qué indecencia, estos franceses, dirán los americanos. En segundo plano, como telón de fondo, las luces incandescentes de Patthaya, Tailandia, «visión posible del paraíso» -dirá MH.  (más…)