Giovanna Giovinazzo.
El dúo Masbedo coincidió en Madrid con la exposición de Bill Viola en la Fundación La Caixa, aunque ellos estaba en el espacio de la Galería Pack en Arco, donde repiten tras estrenarse el año pasado con LipanjePuntin. Allí fueron entrevistados por Cordel de Extraviados.
¿Han trabajado en otras obras con MH? ¿Por qué 11:22:03 y 11.45.03?
Niccolo Masazza: – Sí, en una muestra anterior en Roma y en Milán con el título Il senso della lotta (Ampliación del campo de batalla en la traducción del libro en español), una obra con instalación, fotografía y otra parte en vídeo que realizamos con Houellebecq hace año y medio. Después decidimos seguir trabajando juntos en este proyecto que presentamos en Arco con vídeo, audio e instalación. Es muy completa porque está unida a la música, al teatro interactivo y a la palabra, con un lenguaje muy frío y muy contemporáneo que habla de dos sujetos, -que en realidad son el mismo, la parte masculina y la parte femenina-, que parecen ir a un confesionario para hablar al público. Solamente pedimos al espectador, como en el título 11.22.03, el tiempo necesario para comprender la conciencia de esta confesión. Es un texto original, muy duro, que MH amaba muchísimo, un diálogo que hemos adaptado junto a su primera obra, Rester Vivant, que no ha sido editada en España, solamente en Francia. En esa confesión se narra como la estructura es el único recurso para evitar el suicidio. Houellebecq está muy atento y muy lúcido al observar la sociedad contemporanea, la realidad y la vida. Junto a esto hemos pensado ya otro proyecto musical, que hemos realizado con un grupo de produccion italiana que se llama Quiet, donde toda la obra es como un requiem tecnológico, con mucho humor industrial pero al mismo tiempo frío y con una coral muy dramática. Este sería el proyecto completo porque no se habla solamente de una video audio instalación sino que está compuesta de más elementos. En 11:45:03 mostramos el delirio de ese personaje, que somos nosotros y que son los artistas, que vive en un corredor mental y que tiene muchísimo miedo de la existencia. La mirada al infinito del artista se mezcla con sus dos obsesiones: la musa como mujer y el dinero, la vida práctica. El texto procede de un escrito de Aldo Nove adaptado por nosotros y la música es original parra la obra y no un mero acompañamiento.
Jacopo Bedogni: – La idea era crear un momento de reflexión sobre el arte y el mercado del arte contemporáneo y la instalación 11:22:03 pretende inundar con un baño de conciencia. Es una confesión de dos personas, la parte masculina y femenina, que vomitan la verdad el uno al otro de forma extremadamente cruda. Se puede definir como un manifiesto del dolor y de la lucidez, porque nuestra voluntad era aflorar el aspecto estético y la importancia de sentimientos como el dolor y el sufrimiento que nuestras sociedades hoy siempre intentan tapar y ocultar. Todo lo que no sea vendible, no sea considerado bello o interesante, está destinado a la mendicidad. Esto obliga a la espectacularidad, pero nosotros incitamos a un momento estético de reflexión sobre el dolor, el único sentimiento que acumulamos universalmente todos. Ese era el objetivo. En 11:45:03 se muestra el momento del artista en que está sólo, ese instante de locura. Hay poemas, filosofía, lógica y matemáticas, tratando de buscar el rectángulo áureo, la fórmula de la proporción, todo con un sentido emotivo. Es un espejo en el que nos miramos nosotros, tratamos de reflejar la comicidad que representa la búsqueda de la perfección en el artista, por eso la bola que aparece lo persigue y empuja hacia delante.
¿Recalará por España?
N. M.- Sí, hemos propuesto presentarla en algun museo español y estamos trabajando en esa posibilidad. MH ha aceptado trasladar su lenguaje al español porque cree que es una lengua muy fuerte, más que la italiana, la inglesa o la francesa, pues considera que es una lengua más…
¿Pasional?
N. M.-…violenta y pasional al mismo tiempo. Por eso creemos importante dar a conocer nuestro trabajo en España.
¿Vive MH ahora aquí?
N. M. -Sí, está en España, pero él ha preferido permanecer muy tranquilo, en silencio, porque ha tenido mucha visibilidad, con mucho trabajo en la prensa, periodistas, entrevistas, etc… y ahora quiere estar descansando.
¿Cómo es vuestra relación?
N. M.- Tenemos una gran relación desde hace dos años, aunque es una persona muy complicada y muy difícil. Él intuye muy bien a la persona buena y humilde que se puede llegar a conocer. Trabajar con él es fantástico: es un encuentro, la vida como arte del encuentro, encuentro de humanidad, de cambio, de calma, de pensamiento, de silencio, de mucho hablar de la noche. Somos amigos…
¿Cómo lo conocieron?
N. M. – Habíamos pensado en él para un proyecto en cine, le envié nuestra obra anterior a Giuseppe Sgarbi, su editor en Italia, que propició un encuentro en Génova. Nos encontramos en el hotel, no en su habitación, sino en una gran cama donde bebimos ron hasta la mañana siguiente. Le había agradado mucho nuestro trabajo y nos dijo que le gustaría trabajar con nosotros cuando fuéramos a París para llevar a cabo nuestro proyecto.
¿Qué experiencia arroja trabajar con MH?
J. B.- Michel es conocido por su fama de persona muy brusca, descontrolada, difícil de relacionar, que vive en su mundo, pero nos hemos encontrado con alguien extremadamente natural y para nosotros ha sido una experiencia seguramente importantísima porque nos hemos acercado a uno de los grandes escritores actuales de Europa. Y nuestro criterio no ha estado guiado tanto por la calidad de su novela como por la de su poesía. De hecho, así son los dos trabajos que conocemos, El senso de la Lotta y Rester Vivant. Michel frecuentemente nos dice que si tuviera que ser recordado algún día en la historia de la literatura esperaría que fuera por su poesía y no por sus novelas. Para nosotros es extremadamente nítida y lúcida aunque tambien chocante y profunda. La bellísima experiencia ha sido la de conocerse y crear unas respuestas intensas, que es muy diferente al hecho de trabajar juntos, decirse buenos días, buenas noches y preguntarse cómo vamos a trabajar. Ha sido más bien una fusión entre nuestras experiencias que nos permitiera después realizar este trabajo.
¿Que otros trabajos pondrán en marcha?
J. B.- 11.22.03 comenzará una gira por Trieste en la galería de Pancho Pontin y después en París. Más adelante seguiremos llevándolo a otros lugares, en Sevilla estaremos en mayo y participaremos en un festival de música en Madrid con la de 11.45.03. También 11.22.03 nos llevó a abordar la iconografía cristiana pero desde un punto de vista o ángulo diferente, otra óptica. De una u otra forma, ese mundo latino nos pertenece y queremos recabar otra lectura más propia basada en nuestra experiencia. Jugar con este tipo de iconografía para forzar también unas visiones distintas. Forma parte de la historia del arte buscar significados diversos y queremos probar a dar a conocer en esas figuras iconográficas del evangelio: los ángeles, el nuevo testamento, la pasión de Cristo… Existen textos que apreciamos muchísimo y que están vinculados a esta iconografia, tan ligada a la historia de la pintura italiana del cuatroccento. Se trata de buscar un punto donde todos se encuentran. Después iremos a Barcelona a presentar otro proyecto con Houellebecq, un intento de mostrar la identidad de occidente y la importancia de la ciudad como símbolo de esa occidentalidad. Para ello hemos elegido una ciudad de Rusia cercana a Chernóbil, es un trabajo muy particular.
MANIFIESTO
Todas nuestras muestras artísticas se nos presentan con la sombra de una fuerza todavía desconocida para nosotros. Aunque somos conscientes de nuestras intenciones artísticas y alisamos la idea como artesanos, hablando, dibujando, escribiendo, no podemos liberarnos de ese sacral e intenso pulso que crece en nuestro arte. Esto llega a ser una diversión, visto nuestro pronunciado ateismo, pero las cosas suceden en arte como en la vida. Desde el principio, deseábamos tratar asuntos incómodos y engorrosos, intentando incluir también lo poético entre las obsesiones contemporáneas, fotografiando el narcisismo de los seres humanos, instalando sensaciones y miedos y esforzandonos siempre por relacionar al espectador en una «acción-interacción directa»; una clase de teatro escénico de la imagen que termina siendo nuestra cortina escénica existencial. Nunca emplearemos la expresión «arte contemporáneo»; percibimos enseguida esa clase de presunción y de creatividad que se confunde a menudo con lo fashion, el glamour y el diseño. Lo que nosotros hacemos es representarnos, vivir en primera persona nuestras muestras artísticas. Hoy, en la sociedad en que vivimos, pasamos el noventa por ciento de nuestro tiempo como espectadores y el diez restante como artistas. Por tanto, nuestros trabajos se empapan de este contexto psicológico social, y nunca lo deja detrás: deseo, competición y miedo forman parte de nuestra personalidad. Esta representación obstinada del dolor es en realidad nuestra única manera de liberarnos.
Utilizamos técnicamente fotografía, vídeo, instalaciones, música, e intentamos explotar tanto como sea posible las diversas tecnologías para hablar sobre la humanidad. ¿quién dice que la poesía sólo puede ser escrita? como artistas, nosotros estamos al servicio de nuestro arte, conceptual y estético, trabajamos en colaboración y en contaminación porque creemos que el único futuro posible para el arte será encontrar la unión, haciendo como todos los trabajadores en su fábrica. La producción de una película es el mejor ejemplo. La dirección, sin estas colaboraciones, no es nada. De esta manera, los actores de nuestras muestras artísticas tienen que aguantar nuestro asedio creativo, ellos tienen que interpretarlo, torcerlo, mancharlo, purificarlo y después al final entregarnos de nuevo a nosotros nuestra idea inicial envuelta en su estética. Esta es la cortina escénica de la que hablábamos, la contaminación, el inconsciente y la dirección.
Nuestros trabajos nacen de una conversación, después pasan a ser escritos… esta es la transición: espectador (mirar la realidad y ser curioso) artista (crear con el desarrollo estético natural de la idea, con la opción de expresión mediática (fotografía, instalación, vídeo, música) o como trabajador (operación manual). Cada una de estas transiciones nos obliga a un respetuoso trabajo. Este es el sentido de nuestra batalla, nuestro sacrificio y el aspecto sacral y emblematico antes descrito.