“Arraballebecq” es el último libro de Federico Utrera, autor de “Memorias de Colombine”, “¡Diputado Blasco Ibáñez!”, “Después de tantos desencantos” y “Cordel de Extraviados”, volumen este último que recoge sus ensayos, artículos y conferencias, “lo menos malo que soy capaz de hacer, que diría Van Gogh”, según sus palabras. Insatisfecho con su prosa, ha editado además a otros escritores a los que considera sus maestros: el poeta Juan Ramón Jiménez, el novelista Juan Goytisolo, el arabista Luciano Rubio (con prólogo de Amin Maalouf), a los hermanos y poetas Panero (Leopoldo María y Juan Luis) y al propio dramaturgo Fernando Arrabal, que le enseñó los arcanos de la escena y al que le editó su libro “¡Houellebecq!”, que ha gozado de amplio eco en todo el mundo, desde The New York Times, Der Spiegel o L´Unitá a Le Monde, Le Figaro, Le Point, L´Atelier du roman, La Revue Littéraire, Livres Hebdo, etc… En cine, Federico Utrera ha intervenido en los documentales “El crimen de una novia”, sobre Carmen de Burgos y Federico García Lorca, y “La estancia vacía”, sobre Michi Panero. También ha publicado recientemente “Viola on Vídeo”, un trabajo que recoge la biografía, etapas artísticas y el primer catálogo razonado del videoartista norteamericano Bill Viola.
El libro “Arraballebecq” describe la relación entre el dramaturgo español Fernando Arrabal y el novelista francés Michel Houellebecq de la mano de un editor que trabajó con ambos para publicar un libro conjunto. Contiene como apéndice una versión para teatro aún no representada, que ha suscitado numerosos elogios entre los que la han leído y se ha aupado por méritos propios en la clasificación de los libros más vendidos, en su sección de Teatro y Espectáculos, que elabora el portal de internet «Los más vendidos.net». Sin duda que el fuerte tirón de un maestro de la escena como Fernando Arrabal y de un renovador de la novela como Michel Houellebecq, que suman entre ambos una buena legión de seguidores e incondicionales, ha ayudado al libro, pero a buen seguro que también la buena pluma de Utrera ha contribuido a ello.
“Sus observaciones y comentarios sobre escritores y artistas, ya del pasado, ya contemporáneos, no se limitan a componer un catálogo: evitan los tópicos en uso y tienen el mérito de nadar contracorriente. Frente al clisé rutinario, Federico Utrera propone una visión desestabilizadora e invita al lector a discurrir por cuenta propia”, ha escrito el también novelista Juan Goytisolo, mientras que Matías Díaz Padrón, conservador del Museo del Prado, afirma: “Federico Utrera busca lo que hay de excelencia en los autores que lee y estudia, tanto filósofos, críticos, novelistas, dramaturgos y artistas sin preferencia en campos de la arquitectura, escultura y pintura. Artículos interesantes en consonancia con una escala de valores que escasea en el páramo triunfante del ahora que vivimos. Es de esperar que algún día se premie este sendero que toma por vía la crítica de la razón”.
Utrera irrumpió en el mundo de la literatura española con un sorprendente y original volumen: «Memorias de Colombine«. Esta biografía de Carmen de Burgos, la primera periodista profesional, cosechó varias ediciones y más de un centenar de reseñas en revistas literarias y científicas gracias a su novedoso método de fabulación literaria, deconstrucción de su biografía oficial a partir de los propios textos y cartas de la autora, lo que le generó agrias críticas en el ámbito universitario español, incapaz de soportar la más mínima heterodoxia, lo que el tiempo ha dejado en evidencia hasta extremos ridículos, pues Utrera es profesor, máster y doctor universitario.
Su segundo libro, «¡Diputado Blasco Ibáñez!», compendio de los mejores discursos parlamentarios del novelista valenciano comentados por el propio Utrera, mereció los elogios del cineasta Luis García Berlanga, uno de los iconos del cine español junto a Luis Buñuel, Juan Antonio Bardem, Elías Querejeta o Pedro Almodóvar: «Quiero decirle a Federico Utrera que ha escrito un magnífico libro y, además, creo que solo él y el profesor Yndurain se han atrevido felizmente a afirmar que, dentro de la Generación del 98, Blasco tuvo mucha más importancia que bastantes de los miembros que han hecho famoso a ese grupo literario y que, además, despreciaban al valenciano».
Este «Arraballecq» es fruto de una época en la que Utrera intimó con Fernando Arrabal y Michel Houellebecq durante sus años de intensa amistad y trasiego literario por España y Francia, hasta el punto de que el dramaturgo incluyó a su discípulo en su «Diccionario Pánico», definiéndole de esta guisa: “Federico Utrera, editor éste (al oeste y al margen del poder) virgen, por decencia, santo por docencia y mártir por independencia”.
– Cartas y viajes de FA.
– Houellebecq, en medio del mundo.
– Dios Arra Baal.
– Arraballebecq.
– Diálogos Triviales.
– Creemos que sueñan.
– Houellebecq, en español
– Una cena con Flotats.
– ¡Que viene Topor!.
– El Laberinto de Arrabal.
– Los Innombrables.
– Arrabal erotic.
– Ópera paradisíaca.
– Vientos en la Molina
– Houellebecq y Mirto
– Día de Houellebecq con libros
– Don Michel de la Francia y su escudero Fando Panza (versión teatrera)
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