MIGUEL SANCHIZ. Federico Utrera (Almería, 1963) es escritor, periodista y profesor universitario, licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. También es editor de Majadahonda Magazin y de la editorial literaria Hijos de Muley Rubio (HMR). Ahora se arriesga a acudir a este rincón diferente de «Gente Maja que se Moja«. Mi propuesta le sorprende y de ahí la primera pregunta: ¿Existe alguna otra forma de hacer política? Federico Utrera:–Sí, la política no es solo como se ha entendido y practicado esta legislatura en Majadahonda desde la mayoría absoluta. A muchos de sus concejales les falta experiencia y formación académica, no todo deben ser las malas mañas aprendidas desde temprana edad al acceder a las juventudes de sus partidos. Y como las banderías nacionales han bloqueado la legitimidad que suponen las elecciones por distritos y se ha frustrado la regeneración democrática, se avecina y divisa una «explosión» de la vertebración a través de lo exclusivamente local, como ha ocurrido en Castilla-León, Aragón y muchos lugares más, incluyendo la Comunidad de Madrid. La política se «inventó» hace muchos siglos ya en Grecia y Roma y a mis alumnos del máster de Comunicación Política que imparto en la universidad les recomiendo por ello que empiecen por la lectura de los clásicos.
¿Cuales? –Federico Utrera: El primero Sócrates, que no dejó nada escrito pero la biografía de Tovar es prodigiosa. También la «Constitución de los Atenienses» de Aristóteles, que es el libro-cuna del parlamentarismo. Del cordobés Séneca disponemos de sus Cartas y de sus Controversias que editó Quevedo, pero también esa obra magistral de Antonio Gala que es «Séneca o el beneficio de la duda». No olvidemos que fue primero «asesor» de Nerón y luego «presidente del Gobierno» en su «reinado», que es como decir ahora que lo fue de Hitler, quien lo condenó a muerte. Fueron el «ying» y el «yang» de aquel imperio y su legado literario es asombroso. Y por último el brillante orador Cicerón –los dos hermanos, Marco y su asesor Quinto– para aprender sobre todo de sus errores, pues también fue ejecutado, esta vez por Marco Antonio. Si creemos en la democracia parlamentaria, como yo creo, comprenderemos que, en efecto, tenemos los gobiernos que nos merecemos y la política no es tan diferente a como se ejercía hace 25 siglos. El destino, que ya está escrito –aunque es complejo y azaroso y por ello difícilmente escrutable– lo labramos día a día con nuestras decisiones, acciones y omisiones. Carácter es destino, que decía el poeta Luis Cernuda y en política, oficio de titanes, esto vale tanto como en la vida privada.
¿Que sensación hay en Majadahonda en torno a la gestión municipal? Federico Utrera:–Creo que existe cierto desencanto, por decirlo de forma amable. Se probó el experimento de darle a los jóvenes el poder sin experiencia previa ni edad recomendable. Y el resultado no solo se ha visto aquí, eso ya le ha costado el puesto a Pablo Casado y a su equipo. No son razones políticas ni ideológicas, en esto los partidos progresistas también se equivocan: lo que ha ocurrido es que la presuntuosa vanidad y arrogancia que te da ser joven y millonario gracias a la política y a tan corta edad, te hace pensar y creer que eres el más guapo, listo y habilidoso de la clase. El tiempo te hace ver que no todo el mundo te dice la verdad y que conviene contrapesar la suerte de la «dedocracia» con virtudes como la prudencia, discreción y humildad. Eso no lo hemos visto en toda esta legislatura de continuas miradas al espejo fotogénico de las propias redes sociales. Por fortuna, como nos ha pasado a todos, esos pecados de juventud se curan con la edad… (risas).
Hace pocas semanas, en el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Majadahonda, el alcalde José Luis Alvarez Ustarroz, no permitió que unos vecinos expusieran sus quejas. De ser cierta la noticia, ¿cómo califica usted la actitud del primer edil? Federico Utrera:–Parece increíble sí, pero lamentablemente hubo 4 representantes de 2 asociaciones (Piscina Huerta Vieja y Plataforma 0,7%), una empresa (Fronda) y un partido político «Vecinos por Majadahonda» afectados por el «veto». Y algunos vecinos más y se ha repetido además. La decisión de la coalición PP-Vox la calificaría como «suicida» si no fuera porque estoy a favor de la eutanasia voluntaria (risas). Créame (y si no tiene el «don de la fe» revise las pruebas como Santo Tomás): el alcalde ha prohibido intervenir a los vecinos en los «ruegos y preguntas«, algo que ya venía evitando durante la pandemia con falsas excusas tecnológicas. Y existe medio centenar de testigos, una grabación de audio -que reprodujo Radio Majadahonda– y posiblemente unas consecuencias políticas y algo más de esta nueva torpeza, fruto de la inexperiencia y juventud. Si esa continua odisea que hemos vivido sin desmayo en esta legislatura le va a costar no solo el puesto sino su profesión de político dependerá de Isabel Ayuso, yo no soy ningún pitoniso. Y aunque el dramaturgo Fernando Arrabal asegura que todo poeta es siempre un visionario, esa es «la gracia que no quiso darme el cielo», como dijo el siempre ambiguo y genial Cervantes.
Conjugando los dos temas, Canarias y Majadahonda: parece ser que hace muy poco tiempo un concejal del PP del Ayuntamiento de Majadahonda pronunció esta queja: “hasta los canarios” usan sus instalaciones deportivas, comentario que supuso que el Ayuntamiento de Tuineje (Fuerteventura), de su mismo color político, exigiera al de Majadahonda una «disculpa pública». ¿Merecemos los majariegos el gobierno municipal que tenemos? Federico Utrera: –Claro que sí. Yo mismo contribuí al mismo ayudando a los dos candidatos de la coalición PP-Vox en la ingenua creencia de que era necesaria una regeneración. Y confieso que soy reincidente: me equivoqué también con Albert Rivera y sus Ciudadanos, con Pablo Iglesias y sus Podemos, con el juez Elpidio Silvia (aquel que encarceló al banquero de Caja Madrid, Miguel Blesa) y su Movimiento Red… aunque siempre me quedará en la memoria mi trabajo de Comunicación con el politólogo, notario y hombre de acción Antonio García Trevijano. Claro que no fui el único al que PP y Vox engañaron: además de a sus propios partidos, el Colectivo de Prensa y Medios de Majadahonda (CPM), que tenemos el honor de que usted presida, ha registrado todas sus promesas incumplidas, como también la Asociación de Clubes y Deportistas de Majadahonda (ACDM), etc, etc. etc…
«Entre Gando a Barajas” era el titulo de la columna que usted firmaba en el periódico Canarias 7 y luego en el digital «Canarias Ahora.com» aunque de eso hace ya unos cuantos años. Hoy, Semana Santa de 2022, ya como testigo cercano, ¿cree que Pedro Sánchez ha tenido una actuación correcta con los damnificados de la Isla de La Palma? Federico Utrera:-Quiero mojarme y ser sincero: no tengo ni la más remota idea. Le trasladaría su pregunta a mis amigos canarios, Francisco Moreno, Luis Socorro, Fernando Bruquetas o Carlos Sosa, todos periodistas o escritores, seguro que cada uno tendría una respuesta diferente y mejor argumentada que la mía. Tras escribir creo que más de 5.000 crónicas políticas y parlamentarias en 20 años, no me pida que ejerza de lo que ya no soy: ahora he vuelto a la prensa local en Majadahonda y el Oeste de Madrid, que es lo que hice en mis comienzos desde Almería y Las Palmas de Gran Canaria. Y eso que llaman «actualidad política nacional» la abandoné el día que dejé mi cargo de secretario general de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). Mi contribución al enredo nacional creo que ha sido ya más que generosa» (risas).
¿Conoce la isla? Federico Utrera: –Sí, la conozco, incluso impartí una conferencia en el histórico edificio de la Casa Principal de Salazar del Cabildo Insular con motivo del XX aniversario de las primeras elecciones municipales democráticas. Y en efecto, fui corresponsal parlamentario de varios periódicos de Canarias durante 20 años aunque luego derivé a corresponsal cultural. Lo único que le puedo decir del volcán de La Palma, la «isla bonita» que inmortalizara Madonna en su célebre y popular canción (¡soy «ochentero«, que le vamos a hacer!), es que dejó además de un mar de lava y ceniza, una curiosa exposición vanguardista en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, cuya reseña publiqué en ElDiario.es y en este mismo periódico«.