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Juan Goytisolo: España y sus Ejidos
Escribir es, para Juan Goytisolo, desbaratar las falsas creencias, subvertir la visión acomodaticia, pulverizar los tópicos, ofrecernos, en definitiva, la realidad en su desnudez, en su vivacidad, en su fluir inagotable. Nadie ha dicho que dar cuenta de esa realidad (la realidad interior y la realidad exterior) no implique riesgos ni contradicciones: sólo el escritor, o el artista, que no arriesga nunca y que repite mecánicamente lo sabido o consabido -y que adula al lector escribiendo lo que cree que el lector quiere oír- recibe el reconocimiento que persigue y el asentimiento de aquellos para quienes pensar y escribir son ejercicios de inanidad. Sólo el artista, en efecto, que se niega a ser el portavoz de la verdad oficial, impuesta e indiscutible, responde al sentido más puro de la creación artística. El presente volumen muestra con claridad que hay otro modo de pensar España, de interpretar su realidad, de ser justos con la pluralidad de sus raíces y con la diversidad de sus componentes. ¿Es preciso estar siempre de acuerdo con la interpretación de Juan Goytisolo? Es preciso, ante todo, saber oír, porque de lo que trata España y sus ejidos es de una posibilidad -de una necesidad- que a todos nos afecta: la posibilidad -la necesidad- de una España moderna, autocrítica, lúcida. (más…)
Goytisolo, el extraviado
El último libro de Juan Goytisolo, España y sus Ejidos (Hijos de Muley-Rubio), nació de una conversación. Habíamos hablado por teléfono. Me había dejado un mensaje en el contestador, pero no podía devolverle la llamada, hubiera sido una llamada a ninguna parte. Sólo sabía que el espíritu de Juan Goytisolo rondaba Lavapiés. A los dos días, en plena vorágine promocional de Carajicomedia en Madrid, Goytisolo el arisco, el huraño, el temible, el egoísta o el ensimismado, insistía en localizarme, sin conocerme de nada, sin apenas referencias: «su carta me ha conmovido».
Primero innecesarias y sinceras disculpas por no haberme contestado a esa misiva, después innecesarias y generosas indulgencias que anteriormente me había ofrecido. Y por fin, al grano: El Ejido.
– Son cristianos viejos disfrazados de europeos nuevos. Por decir eso en un artículo me declararon persona non grata en El Ejido. Y votaron a favor PP, PSOE y hasta IU. Luego me escribió el presidente Chaves pidiendo disculpas, pero no es a mí ante quienes tienen que disculparse, porque sobre todo había que hacer algo. Una buena parte del pueblo de El Ejido no sabe ni quiere leer ni escribir, tras veinticinco años de democracia. (más…)
Addenda: La Chanca, Goytisolo y sus Ejidos
Si cada ciudad tiene un espacio que la define, un ámbito peculiar que es capaz de transcender los límites físicos de su inserción geográfica y alcanzar por diferentes motivos lo universal, ése es La Chanca. Allí rigen quizás leyes distintas a las del resto de la ciudad, un territorio historicamente al margen en tantos sentidos, pero cuyo entramado social y urbanístico ha sido frecuente foco de atracción para intelectuales y artistas, que han encontrado en sus construcciones cubiculares y luminosas, en el entramado de sus callejuelas y plazas, algo así como un «paisaje del alma». Con motivo de la reciente reedición de La Chanca, de Juan Goytisolo, y de un original catálogo fotográfico de Carlos Pérez Siquier, las páginas de Addenda recogen en esta ocasión desde la visión erudita de Florentino Castro Guisasola hasta las reflexiones del novelista sobre una de las partes de su último libro, España y sus Ejidos, pasando por las palabras siempre lúcidas de José Ángel Valente: se ofrecen así diversas perspectivas y se arrojan diferentes luces sobre un rincón geográfico aún desconocido para muchos. Un poema de juventud de Luis Cernuda nos inicia evocadoramente en este acercamiento al sur.
España y sus Ejidos
José María Ridao
Escritor y diplomático. Presentación del libro en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Releyendo los textos del libro España y sus Ejidos de Juan Goytisolo he tenido la impresión de que se justifica por dos ideas. La primera porque nos muestra una clara metamorfósis y la segunda porque transluce un profundo desengaño. Esa metamorfósis hace que España pase de ser un país de emigrantes a otro de inmigrantes, y es importante insistir en esos términos y no lanzar retrospectivamente el término «inmigrante» para definir lo que ocurría en la España de los años sesenta y principios de los setenta, pues si lo hacemos, no seremos conscientes de lo que el libro está advirtiendo y poniendo encima de la mesa. Y es que detrás de esos dos términos, «emigrante» e «inmigrante», existe este extraordinario desengaño que mencionaba. Pensábamos que por el hecho de haber sido un país de emigrantes, esa circunstancia nos ayudaría a entender nuestra propia situación como país de inmigrantes. Sin embargo, como demuestra El Ejido, esa localidad que está aludida de algún modo en el título, eso no nos beneficia, sino todo lo contrario. Lo que se va viendo a medida que avanza este libro es que la imagen que hoy poseemos de la inmigración y la que teníamos antes de la inmigración han empezado a convertirse en la cara y cruz de un fenómeno: el movimiento de personas a través de las fronteras. (más…)