Editorial Hijos de Muley Rubio

Juan Goytisolo: España y sus Ejidos

iconosEscribir es, para Juan Goytisolo, desbaratar las falsas creencias, subvertir la visión acomodaticia, pulverizar los tópicos, ofrecernos, en definitiva, la realidad en su desnudez, en su vivacidad, en su fluir inagotable. Nadie ha dicho que dar cuenta de esa realidad (la realidad interior y la realidad exterior) no implique riesgos ni contradicciones: sólo el escritor, o el artista, que no arriesga nunca y que repite mecánicamente lo sabido o consabido -y que adula al lector escribiendo lo que cree que el lector quiere oír- recibe el reconocimiento que persigue y el asentimiento de aquellos para quienes pensar y escribir son ejercicios de inanidad. Sólo el artista, en efecto, que se niega a ser el portavoz de la verdad oficial, impuesta e indiscutible, responde al sentido más puro de la creación artística. El presente volumen muestra con claridad que hay otro modo de pensar España, de interpretar su realidad, de ser justos con la pluralidad de sus raíces y con la diversidad de sus componentes. ¿Es preciso estar siempre de acuerdo con la interpretación de Juan Goytisolo? Es preciso, ante todo, saber oír, porque de lo que trata España y sus ejidos es de una posibilidad -de una necesidad- que a todos nos afecta: la posibilidad -la necesidad- de una España moderna, autocrítica, lúcida. 

INDICE
Prólogo
Primera parte:
-Quien te ha visto y quien te ve
Segunda parte:
-Volver al sur
Tercera parte:
-Canarias, Ceuta y Melilla
Cuarta parte:
-Mundos ignorados
Apéndice/ Entrevistas
Índices:
-Onomástico/ Toponímico/ Hemerográfico

Puede leer un amplio extracto del libro en Google Books pinchando aquí

FICHA TÉCNICA

Caract: 248 págs. Encuadernación en cartoné. Con 12 ilustraciones de artistas sobre el autor y su obra y una lámina conmemorativa. Edición para bibliófilos con grabado original de Said Messari (pedidos en la editorial y puntos de venta autorizados).

ISBN: 84-923433-9-7

Precio: 35 euros

VENTA DE LA EDICIÓN PRÍNCIPE (EN PAPEL)

En las principales librerías de toda España (pedidos a través de la distribuidora Firex 21)

En las principales librerías virtuales de internet (para enviar por correo postal).

EL AUTOR
Juan Goytisolo (Barcelona, 1931): escritor que, más allá de géneros y de modalidades expresivas en que la literatura se ha manifestado históricamente, ha hecho del lenguaje el centro de su exploración o, por mejor decir, el eje sobre el que gira su relación con lo real y con el mundo. Lejos, sin embargo, de pensar que lo real y el mundo pueden ser simplemente designados -como lo suelen creer el realismo rancio y la literatura de usar y tirar-, ha llegado a un territorio en el que, para decirlo con la fenomenología, lo real es «aquello que nos exige creación constante a fin de que podamos experimentarlo». De ahí que, para él, la literatura sea sinónimo de contravención, de impugnación, de destrucción (y de construcción), de inconformismo, de reinvención, de imaginación. La literatura se vuelve crítica, y el pensamiento crítico, a su vez, es indisociable de la analogía, es decir, del procedimiento poético. El escritor que en verdad merece ese nombre, en suma, es aquel para quien el estereotipo -intelectual, sensible, ideológico, estético- representa la muerte del lenguaje y del mundo. La aprehensión de la realidad interior y de las realidades que nos rodean no puede hacerse mediante el lugar común, mediante la fórmula o el tópico que anula toda posibilidad de conocimiento.

 

EL PRÓLOGO
Los ensayos y artículos recogidos en el presente volumen abarcan un periodo de cuatro décadas: desde los testimonios de trabajadores españoles que emigraron a Francia a fines de los cincuenta del pasado siglo al titulado «De la emigración a la inmigración» escrito en 2002. Todos ellos expresan de una forma u otra mi interés y preocupación por los movimientos migratorios del Sur hacia el Norte y el propósito de analizar sus causas: pobreza, atraso, paro, opresión, analfabetismo. Los campesinos andaluces -y los de Levante el año de las heladas que arruinaron la cosecha de naranjas en la huerta de Valencia y en la de Murcia- eran en 1956 los maketos del País Vasco y los charnegos de Cataluña antes de convertirse en razón de las circunstancias en esos europeos de segunda o tercera clase, menospreciados en los países necesitados de una fuerza de trabajo barata y escasamente reivindicativa. El desdén y a menudo el racismo con los que tropezaban en las sociedades de acogida fueron determinantes en mi toma de conciencia política, ética, social e incluso estética, en el plano de la creación literaria -pero eso es arena de otro tremedal. (…) Mi mayor recompensa sería que la lectura de estos textos contribuyera en algo, por mínimo que fuese, a crear o a fortalecer la sensibilidad política del lector en los términos en los que la concebía este admirable escritor -tan citado por algunos prebostes enmedallados, pero escasamente leído- que fue Manuel Azaña:

«La sensibilidad política, como yo la pongo, es rara. Se conquista a fuerza de ilustración, de generosidad y de experiencia; pero el ánimo generoso y humanizado es el punto más alto de la cultura personal, equivalente en el orden cívico a la santidad… No se pretende [al sostener esto] que el jurista, el biólogo, el filósofo, el poeta, prostituyan su trabajo profesional llevándolo a fines bastardos, extraños al puro objeto de su ciencia o arte. Se pretende que, especialistas a sus horas, sean hombres a todas». (…)

 

RESEÑAS Y CRITICAS

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Lola Canales

Allí, donde hoy se encuentra la plaza del Ángel Caído, estuvo la fábrica de porcelana de la China, mandada construir por Carlos III, donde trabajaban en secreto 32 químicos que poseían la fórmula para el preciado ornamento, y un gran numero de obreros. Allí se creó en 1830 la antigua Casa de Fieras, antecedente del Zoológico de la Casa de Campo, con el famoso elefante Pizarro del que se cuentan anécdotas mil y donde los niños madrileños acudían casi todos los domingos. Incluso de provincias llegaban a la capital para ver a las fieras en cautividad. Allí, el duque de Fernán Núñez, en 1874, consiguió permiso del Ayuntamiento para construir un paseo asfaltado que contó con una fuerte oposición y tuvo que costear de su bolsillo la mitad del importe, 11.000 duros. Pues allí, en el antiguo Paseo de Fernán Núñez se celebra la 62 Feria del Libro de Madrid que ha comenzado con teloneros de lujo. Para gozo de sus seguidores, ahí estaban el sábado por la tarde firmando ejemplares Rosa Montero, Ian Gibson, José Luis Sampedro, Javier Marías… Pero la atracción estaba entre dos personas y por distinto motivo: Juan Goytisolo, que ha aceptado este año acudir a la controvertida firma de ejemplares tras veintisiete años de ausencia. Lo ha hecho para apoyar a sus editores, una pequeña editorial llamada Hijos de Muley Rubio cuyo responsable, Federico Utrera, ha escrito una impagable biografía de mi adorada Carmen de Burgos, Colombine, la primera mujer periodista iniciada en el Heraldo de Madrid, y la primera corresponsal de guerra. El otro, un auténtico tótem, Pedro Almodóvar. Se sabía dónde firmaba por la cola que había hasta llegar a la caseta. Los que aguardaban estoicamente la firma del oscarizado guión de ‘Hable con ella’, hacían todo tipo de comentarios durante la espera. «A lo mejor me coge para algún papelito, porque soy casi tan fea como Rossy de Palma», decía una cuarentona realmente asimétrica. «Está más gordo de lo que parece, pero es tan simpático…» decía un rubicundo muchacho con el flequillo sobre los ojos, agitando con orgullo un ejemplar ya firmado.

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Antonio Rojas
El fenómeno de la emigración ha tenido en el escritor Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) a un testigo de excepción. En los 60, mientras vivía en París, observó la llegada de los emigrantes españoles a territorio francés. Afincado ya en Marraquech, ha presenciado la salida hacia nuestro país de los jóvenes marroquíes que tratan de abrirse camino en Europa. A este asunto ha dedicado un buen número de páginas en periódicos, revistas y libros, que ahora se han reunido en un volumen, «España y sus Ejidos», presentado ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

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Fernando Bruquetas
A su pesar, Juan Goytisolo es la voz de la conciencia ciudadana, democrática y europea, que es lo que se percibe en el libro que acaba de publicar la editorial Hijos de Muley-Rubio titulado «España y sus Ejidos». Así, en plural, para que a nadie le quepa duda de que en este país existen muchos -y no uno solo- de esos pueblos, aldeas y ciudades en los que se aprovecha la mano de obra foránea, pero se detesta todo lo que esos trabajadores representan. (…) Lo que Juan Goytisolo denuncia en este -su nuevo y último libro- «España y sus Ejidos» es la misma injusticia que persiste en la cotidianeidad española desde tiempo inmemorial.

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Rosa Echeverría
El pasado viernes se inauguró en el Parque del Retiro, con la presencia de la Reina Sofía, la Feria del Libro de Madrid, este año dedicada a celebrar el Encuentro de Tres Culturas (la árabe, la judía y la castellana). El regreso de Juan Goytisolo, luego de 27 años de emigración voluntaria, fue la principal atracción de la jornada. La voz de Juan Goytisolo tenía ayer tornasoles de denuncia mientras presentaba su libro «España y sus Ejidos» (Hijos de Muley-Rubio), donde se recogen artículos escritos en las cuatro últimas décadas sobre ese tema que sangra y que tiene un nombre genérico, la emigración, un concepto vacío de seres humanos. Durante la larga etapa del franquismo vivió en París y, a lo largo de los años 50, fue testigo de este gran drama. «Hay que tener en cuenta, expresó, que los españoles eran desinfectados cuando llegaban a la estación de Ginebra en un tren de Barcelona». Ahora se queja de que España se ha olvidado muy pronto de tantas humillaciones sufridas más allá de la piel de nuestras fronteras y, según denuncia, no existe solidaridad para aceptar a unos ciudadanos que están sufriendo las mismas vejaciones que sufrimos, «aunque los emigrantes españoles lo tenían infinitamente mejor. Hoy se enfrentan siempre con métodos policíacos a los más débiles». Le parece monstruoso que se tache a unas personas de «ilegales», mientras los consulados ponen trabas a aquellos que desean realizar las cosas legalmente, lo cual «hace que se dispare el tráfico de personas y las mafias». El «gran ausente» de la Feria sólo la visitó hace 27 años. «Vine cuando por primera vez mis libros no estuvieron prohibidos en España. Fui a la caseta de Seix Barral y pude ver mis ejemplares impresos. Desde entonces no he vuelto». ¿Qué es lo que le ha hecho regresar de nuevo después de tantos años? «Por un lado, deseaba hacer una reflexión sobre la literatura, el producto editorial y la industria del libro, que me parece necesaria en este momento, y luego, teniendo en cuenta que la Fundación Tres Culturas había hecho un homenaje a la Plaza de Marrakech, la ciudad donde vivo desde hace seis años, me pareció una descortesía no estar aquí». Explica que el tema de la emigración le ha preocupado «porque la mayor parte de mi existencia he vivido en París y Nueva York, dos ciudades llenas de inmigrantes. Era un tema que desde antes que apareciera como algo urgente, ya lo veía venir». En su conferencia, que tuvo lugar en el Pabellón de las Tres Culturas de la Feria, patrocinado por el Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg, realizó un brillante y lúcido recorrido por ese itinerario vital de la literatura y, partiendo de unas esclarecedoras palabras de Azaña, fue muy crítico con la industria editorial española y los escritores comerciales, «a los que les importa más vender que ser leídos. La industria del libro tiene que inventar al gran público para dar salida a sus productos», resaltó con fuerza. Opina que un paseo por cualquier Feria del Libro es un espectáculo aleccionador, pero allí están las interminables colas de gente que no lee, ante el actor o la actriz de turno, que vende una especie de pizza mal digerida». Considera que muchos autores corren tras su imagen de marca y los libros y los premios están pensados para ser llevados al cine con una visión cinematográfica y televisiva. «A Cervantes, añadió, le hubieran exigido un Quijote dividido en 50 partes».

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Nacho Para
Las endebles pateras siguen cruzando el Estrecho. Cada vez son más, pero su rutina ha acabado por insensibilizar incluso a los más solidarios. Instalado en Marraquech, Juan Goytisolo las ve partir hacia el mundo rico, ese mundo al que él mismo renunció. Poco amigo de las entrevistas, el escritor accede al encuentro en un hotel de Madrid, durante una breve estancia para presentar «España y sus Ejidos» (Editorial HMR), una recopilación de ensayos y artículos periodísticos sobre los movimientos migratorios publicados en los últimos 40 años. Se muestra relajado tras su paseo matutino. Pero en su pétrea mirada parecen escritas las advertencias de su editor: un error de actitud, una frivolidad o una adulación excesiva y dará por acabada la charla abruptamente. Leyendo «España y sus Ejidos» llama la atención que usted siempre escriba desde el orgullo, pero sin atisbo de vanidad ¿es el orgullo el secreto de los librepensadores?: «Según que se entienda por orgullo». Exceso de estimación propia, aunque se apor causa anoble. «Entonces no, no escribo con orgullo, sería más ajustado decir que escribo con independencia. Desde los 12 años me siento un ser independiente y ese impulso es el que ha determinado toda mi vida y mi obra».

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Javier Valenzuela

Su vida -residió en París cuando España exportaba trabajadores y ahora vive en Marraquech cuando España los recibe- ha permitido a Goytisolo tener una completa visión del fenómeno migratorio. Es la recogida en «España y sus Ejidos», una antología de artículos sobre este tema publicados a lo largo de cuatro décadas. Como en otros aspectos de su vida y su obra, el escritor exhibe en esta antología una tenaz y lúcida coherencia. Tanto ayer como hoy, el Norte es un poderoso imán «para los hombres y mujeres del subdesarrollo, deseos de mejorar su nivel de vida y a partir de cero en unas sociedades que requieren sangre moza, brazos y empeño». Y tanto ayer como hoy, Goytisolo propone darles la bienvenida, tanto por solidaridad como por interés».

ideal

 

 

Miguel Angel Blanco
El «último» libro de Juan Goytisolo es su reencuentro con cuatro décadas de artículos y entrevistas sobre el mundo de la emigración, un territorio sociocultural en el que está muy presente el paisaje almeriense. «España y sus Ejidos» acaba de ver la luz en una edición muy cuidada por la editorial de Hijos de Muley-Rubio, que dirige el periodista almeriense Federico Utrera en Madrid, edición en la que ha participado el poeta almeriense José Luis López Bretones: «es un libro con el que se puede seguir el pensamiento crítico de Juan Goytisolo sobre el tema de la emigración de forma clarividente, en cuarenta años. Aquí está recogido su pensamiento que rastrea sobre un tema muy vigente. «España y sus Ejidos» es un libro fundamental para conocer el pensamiento de Juan Goytisolo».

elpais

 

Javier Valenzuela
Goytisolo, que siempre ha reivindicado el fecundo mestizaje de la España de las Tres Culturas, -«hay que sumar y no restar, y la fuerza de una cultura es su capacidad para asimilar otras culturas», afirma-, habló de los problemas del momento por la mañana, en el Círculo de Bellas Artes, al presentar su último libro, «España y sus Ejidos», una recopilación de los artículos que ha escrito en las últimas cuatro décadas sobre los fenómenos migratorios. (…) «España y sus Ejidos», según José María Ridao, uno de sus presentadores, «muestra una metamorfósis, el cómo España pasó de ser productor de emigrantes a receptor y también un desengaño, el de cómo el haber sido país de emigrantes no nos ha ayudado a acoger generosamente a los trabajadores extranjeros». Por su parte, Fanny Rubio situó a Goytisolo «en la tradición literaria del dolor que produce España y que incluye a Feijoo, Blanco White, Larra, Azaña y Américo Castro».

elcultural

 

José Manuel Benítez Ariza
Sospecha uno que la mayoría de los artículo que se publican tienen fecha de caducidad. Otros, en cambio, encuentran confirmación en los sucesos posteriores, y hasta ofrecen un modelo adecuado de análisis para acontecimientos que ni siquiera eran previsibles en el momento en que fueron escritos. Los de este segundo tipo, además, deparan al lector la sorpresa de constituir, al ser reunidos según afinidades temáticas, eficientes monografías, más eficaces e inmediatas incluso que cualquier tratado escrito al efecto. Tal es el caso de los artículos de Juan Goytisolo reunidos en este «España y sus Ejidos». Abarcan 40 años en el tiempo y sus motivaciones fueron muchas y diversas, aunque todas convergen en una clara preocupación por la diversidad cultural y los fenómenos sociales e históricos que la fundamentan. Al ser compilados, revelan el que el autor estaba más o menos en lo cierto desde que publicó el primero de ellos, «Testimonios de trabajadores inmigrados», en 1961. Al mirarse en estos inmigrantes españoles en Francia, Goytisolo no sólo reflexionaba sobre el precio humano del bienestar en los países desarrollados, sino que también empezaba a intuir la posible posición aventajada del observador que se sitúa en los márgenes de su cultura y su lengua.

elpais

 

Rosa Mora
La gran noticia de la Feria ayer fue que, por fin, fue a firmar Juan Goytisolo. El escritor no pisaba el Paseo de coches desde hacía 27 años pero ayer abdicó de algunos de sus principios, porque quería echar una mano a sus «pequeños editores». Por la tarde firmó ejemplares de «Telón de boca», el libro en el que anuncia que se retira de la narrativa y que ha sido publicado por El Aleph, y «España y sus Ejidos», editado por una minúscula y emprendedora editorial, Hijos de Muley-Rubio. Federico Utrera, su responsable, que ni siquiera tiene caseta propia sino una que comparte con otros pequeños editores, no cabía ayer en sí de satisfacción por la presencia de Goytisolo.

larazon

 

Marta Borcha
El autor presentó su último libro «España y sus Ejidos», una obra editada por Hijos de Muley Rubio con ilustraciones de 12 pintores donde el escritor recoge un conjunto de artículos escritos a lo largo de los çultimos 40 años en los que aborda el tema de la inmigración: «Lo que venga de fuera pueder ser benéfico para todos». Desde hace años, Goytisolo reside en Marraquech, una ciudad desde la que muchos marroquíes se lanzan a cruzar el Estrecho en busca de un futuro en España, un país en el que, en su opinión «no encuentran solidaridad por parte de unos ciudadanos que, hace no tantos años sufrieron parecidas humillaciones a las que ellos tienen que enfrentarse».

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Dice un viejo proverbio bereber que lo que no puede unir dios lo une el diablo y eso parece haber ocurrido tras los atentados de Casablanca. España y Marruecos se han apresurado a intensificar sus relaciones comerciales, culturales y antiterroristas para proyectar su unión frente a la violencia y dejando como agua pasada los tiempos en que Colin Powell tenía que poner paz entre ambos países por un quítame allá un perejil. El 30 de mayo, los Reyes inaugurarán la Feria del Libro de Madrid, dedicada este año a las tres culturas y Juan Goytisolo, escritor español afincado en Marraquech, dará la conferencia inaugural tras presentar su último libro «España y sus Ejidos». Al tiempo, el Retiro madrileño acogerá una exposición fotográfica sobre la Plaza Jemaá el Fna, de Marraquech. Momentos dulces en las relaciones bilaterales, al menos en lo que a la cultura se refiere.

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Incitatus
Incitatus recibe, honradísimo y muy emocionado, la invitación que le manda por e-mail el Instituto Cervantes para asistir a un interesantísimo acto en su sede de Moscú. Muchas gracias. Inci se inclina y besa la mano igualmente de Anna Porta, encantadora amiga que lo invita a Valencia a la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de Literatura. Del mismo modo Inci le manda un abrazo al gran Juan Goytisolo, quien ha tenido la gentileza de invitarlo a la presentación del libro España y sus ejidos, que se celebrará en la bellísima ciudad marroquí de Tetuán, llamada `La Blanca´, antes de que termine este mes. Por lo mismo, Incitatus da las gracias con todo su corazón a los organizadores de la segunda edición de la muestra Spain TV Expo, quienes lo invitan a alojarse en el tremendo hotel Loews de Miami Beach. Incitatus se muere de agradecimientos ante tales atenciones, pero reconoce que se moriría muchísimo más si esas invitaciones incluyesen al menos un billete de tren, o de avión, o al menos plaza en alguna patera, para acudir a tan maravillosos actos. Uno ya no aspira a que le paguen el hotel, que eso lo sabe hacer uno solo, pero está bastante hasta los cojoncitos de invitaciones que son brindis al sol hechas por jefes de prensa que parecen absolutos becarios. Inci no puede dejar de recordar el día en que la Fundación Botín, por mediación de una mujer maravillosa que se llama Ana P., se llevó a este caballo a visitar las Cuevas de Altamira (la auténtica y la impresionante reconstrucción). Y se lo llevó como era menester, como se debe, porque la Fundación tenía verdadero interés en que acudiesen los informadores. Y así nos trataron. Lo demás son, ustedes perdonen por la expresión, gilipolleces. Así que espero que salga muy bien la presentación de los más recientes pinchos morunos literarios de Goytisolo. Ya me enteraré por los periódicos. Qué coño.

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Federico Utrera
Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) es un escritor quizás más reconocido y apreciado fuera de España que dentro. Premio Europalia en Bruselas y Octavio Paz en México, su obra literaria y ensayística, heredera de la de Américo Castro, Blanco White y el siglo de oro español (Cervantes, Rojas, Delicado, Juan Ruiz…) es objeto aún de graves controversias y agrias polémicas en el siempre candente mundo literario. Ahora, recoge en «España y sus Ejidos» su obra en torno a las relaciones de España con el mundo arabe y la inmigración, con un capítulo que reune sus textos escritos sobre Canarias. En «Fantasmas en las Canarias», que fue escrito en 1976, Goytisolo recoge una polémica que no por antigua deja de tener actualidad. El número 3.356 del semanario Blanco y Negro había publicado un reportaje de un «enviado especial» a Canarias que fue titulado «¡Marroquíes avizor!». En él se denunciaba que «nuestras» islas «corren el riesgo gravísimo de una ocupación extranjera, que a largo plazo podría poner en peligro «nuestra» soberanía». Goytisolo se sorprende de que «los invasores que abrigan tan funestos designios respecto a Canarias no son norteamericanos, sino hindúes y, sobre todo, «alauitas», lo cual escrito hace 27 años no deja de tener su gracia. (…)

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J.L.B.
El pasado 28 de julio se presentó en el Complejo Cultural Adeljalaq Torres de Tetuán (Marruecos) el último libro de Juan Goytisolo, España y sus ejidos, publicado por editorial Hijos de Muley-Rubio. El acto, planteado como un encuentro entre editores de las dos orillas del Mediterráneo, se desarrolló ante un auditorio que superó el centenar de asistentes y que convocó asimismo a diversos medios escritos de la prensa marroquí y a corresponsales de medios españoles como La Vanguardia, la catalana TV 3 y Canal Sur. Moderado por el profesor de la facultad de Filosofía de Tetuán Abderrahman Ben el Ahmar, Goytisolo aplaudió la iniciativa del acto por haberse organizado «entre foros independientes», en alusión a la revista «Cuadernos de Norte», la librería Al Anwar y la editorial almeriense, con sede en Madrid, HMR. El libro reúne artículos dispersos del intelectual español escritos a lo largo de poco más de cuarenta años, centrados en torno al tema de la emigración desde una óptica poco usual: la del español que residiendo en París vio llegar a miles de compatriotas que arribaban a Europa, y ahora la del residente en Marruecos que ve partir a los marroquíes en un periplo similar al que realizaron décadas atrás sus vecinos del norte, «en una época en que, como recordaba el poeta José Ángel Valente, al bajar del tren que iba de Barcelona a la estación de Ginebra, apartaban a los españoles para desinfectarlos». Goytisolo aseguró que España y sus ejidos abarcaba la totalidad de sus escritos en torno a un tema sobre el que ya creía haberlo dicho todo: «mi experiencia a lo largo de la vida en torno a las cuestiones de la inmigración y la emigración» -afirmó- «está concentrada en este libro y me resulta ya muy difícil volver sobre ello, a no ser que ocurran nuevos acontecimientos que me obliguen a intervenir de nuevo, aunque espero que no». El escritor, conocedor minucioso de los problemas sociales y humanos de la provincia de Almería desde que a finales de los 50 iniciara sus viajes a estas tierras atraído por el deslumbramiento estético de sus paisajes, pero conmovido a la vez por las difíciles condiciones de vida de sus habitantes en aquellos años, ha ido dejando testimonio literario y reflexivo de sus encuentros con Almería en muchas de sus obras, aunque tal vez las más conocidos sean La Chanca y Campos de Níjar, dos libros testimoniales que produjeron gran impacto en su día y que fueron prohibidos por la censura franquista. En esta ocasión, al presentar los artículos y ensayos reunidos en España y sus ejidos, que se ve complementado en su última parte con una selección de entrevistas recientes, Goytisolo aseguró haberse felicitado cuando a principios de los 80 Almería empezó a pasar de la pobreza a la riqueza gracias al impulso de su agricultura, pero añadió que ese cambio tal vez se produjera en un tiempo demasiado corto, con demasiada brusquedad, y sin dar tiempo a la generación de una cultura cívica ni a la gestación por parte de la administración de unas políticas migratorias adecuadas: «Familias que vivían en condiciones extremas se toparon en corto tiempo, gracias a un conjunto de circunstancias que los economistas han analizado muy bien, con un nivel de vida altísimo, y esos desajustes a los que me he referido explican a veces una serie de conductas en mucho casos realmente lamentables», afirmó aludiendo a los acontecimientos de febrero de 2000 en El Ejido. En el transcurso de la presentación, cuya última parte se convirtió en un diálogo abierto entre el escritor y los asistentes, Goytisolo informó de los resultados de los analistas de diferentes bancos, quienes cifraban en unos 230.000 el número de extranjeros que España necesitaba anualmente para mantener su economía y sus prestaciones sociales, insistiendo en las dificultades que estas personas encontraban al llegar a nuestras fronteras: «los consulados no informan, se pone todo tipo de trabas a esta emigración y eso mismo favorece la ilegalidad en el tráfico de inmigrantes y la mundialización de las mafias». En este sentido, alabó la decisión de la Generalitat de Cataluña de crear en Casablanca una oficina de información para facilitar asesoramiento a los eventuales trabajadores marroquíes que piensan establecerse en España. «Los puestos de trabajo que no quieran los españoles serán ocupados por extranjeros, y hay que ver de qué modo se les facilita este trabajo sin tener que caer en manos de las redes mafiosas y sin que se jueguen la vida en el Estrecho o en la travesía a las Islas Canarias, lo cual me parece terrible». Goytisolo criticó igualmente a los empresarios que se lucran del trabajo ilegal y censuró una política inmigratoria que actúa únicamente con medios policiales para enfrentarse a la parte más débil de este problema, al inmigrante que llega sin papeles, pero que en cambio no vigila con suficiente rigor ni a las mafias ni a las empresas que viven del trabajo de estos indocumentados. Previamente a las palabras de Juan Goytisolo, intervinieron en el mismo acto el librero Abdelaziz Sbai y los editores Federico Utrera y Abdelhamid Beyuki, quienes coincidieron en lamentar la unilateralidad de la mirada española hacia el norte, a costa del alejamiento de los espacios comunes con el sur.
El poeta y filólogo José Luis López Bretones, responsable también de la edición textual de España y sus ejidos, subrayó el interés del encuentro por reunir en torno a un mismo autor dos visiones «desde la orillas árabe y latina» del Mediterráneo, mientras que el profesor Abdelhamid Sarraj se detuvo en las analogías entre las trayectorias de Juan Goytisolo, Jean Genet y Miguel de Cervantes. La cita concluyó con una cena en la Casa de España de Tetuán, donde también estuvieron presentes diversas personalidades del mundo académico, político y social de esa ciudad del norte de Marruecos que fuera la capital del antiguo Protectorado.

europapress

 

La última obra de Juan Goytisolo ‘España y sus ejidos’, es una recopilación de los artículos y entrevistas que durante cuatro décadas ha dedicado el escritor a relatar el complejo fenómeno de la inmigración. Así, muestra la «metamorfosis» que ha sufrido España desde la dictadura, cuando los trabajadores emigraban hacia Europa, hasta los conflictos raciales que hoy se producen en todo el país. El autor presentó el libro, publicado por la Editorial Hijos de Muley-Rubio, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, acompañado por los escritores Fanny Rubio, José María Ridao y Mustapha El M’Rabet, que también preside la asociación de inmigrantes marroquíes en España ATIME. Goytisolo aprovechó la rueda de prensa para invitar a los asistentes a la conferencia inaugural que pronunciará en la Feria del Libro de Madrid. Además, mañana se inaugurará una exposición que reúne las obras que ilustran ‘España y sus ejidos’, en la Galería Trovador de Madrid. ‘España y sus ejidos’ reúne los primeros artículos del escritor, como es ‘Testimonios de trabajadores inmigrados’, que describe las vivencias de los emigrantes españoles que «llamaban a las puertas de Europa» desde finales de los 40. En este orden de cosas, Goytisolo estudia la situación de estos trabajadores en los países desarrollados. La obra incluye artículos y entrevistas posteriores que reflejan la visión de Goytisolo del cambio que experimentó España, y especialmente Almería, cuando su población «abandonó la pobreza» en un rápido enriquecimiento. Según el autor, este progreso se apoyó en el trabajo que los inmigrantes africanos desempeñaban en los invernaderos de la provincia. Para resumir su pensamiento respecto al fenómeno de la inmigración, el escritor subrayó que «hay que sumar y nunca restar» y que todo lo que llega de fuera debería intentar asimilarse en lugar de rechazarlo. Además, se definió como un «animal profundamente urbano» que ha extraído innumerables enseñanzas del «movimiento» de las ciudades que ha visitado. Respecto al «problema» que en la actualidad supone para algunos países desarrollados asimilar los flujos de inmigración, Goytisolo insistió en que se debería enfrentar a las mafias ilegales que trafican con vidas humanas, que se han convertido en unas «redes muy poderosas» y dejar de perseguir al «inmigrante sin papeles». «Hay que ver de qué manera se les proporciona trabajo y documentos y se les facilita la integración en lugar de poner en peligro sus vidas», sentenció. Para el escritor José María Ridao, el desengaño que Goytisolo muestra en sus artículos se debe a que en España se ha aplicado una «memoria literal» y no se ha impuesto una «ejemplar», basada en intentar que otros no sufran lo que nosotros hemos padecido. Por su parte, Mustapha El M’Rabet, destacó la profundidad y sencillez de Goytisolo en su estudio de las relaciones entre los inmigrantes y la sociedad autóctona. Fanny Rubio quiso señalar la «adicción» del escritor por Cervantes, que se refleja en su literatura cuando describe territorios españoles como si se tratase de lugares míticos.

efe

 

 

El escritor Juan Goytisolo presentó ayer su último libro, España y sus Ejidos, un conjunto de artículos escritos a lo largo de las últimas cuatro décadas en los que aborda el tema de la inmigración. «Lo que venga de fuera puede ser benéfico para todos», dice este intelectual. Goytisolo (Barcelona, 1931) residió durante el franquismo en París y allí fue, en los años 50, testigo de la llegada de una multitud de españoles que emigraba a Europa en busca de un futuro mejor. En aquella época «los españoles eran desinfectados cuando llegaban a la estación de Ginebra en un tren procedente de Barcelona», recordó. Desde hace años, este escritor de espíritu crítico reside en Marrakech, una ciudad desde la que ahora ve cómo muchos marroquíes se lanzan a cruzar el Estrecho en busca de una oportunidad de futuro en España, un país en el que, en su opinión, no encuentran solidaridad por parte de unos ciudadanos que, hace no tantos años y aunque hoy no lo reconozcan, sufrieron parecidas humillaciones a las que ellos tienen que enfrentarse. El autor de Coto vedado siente cierto «desengaño» por esta actitud de los españoles hacia los inmigrantes, una actitud que achaca a que en los 80 España «pasó de la pobreza a la riqueza en un cambio demasiado rápido» que «se hizo con brusquedad» y que ha provocado que la población no tenga «una cultura ética, ciudadana y democrática». El presidente de la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroqués, Mustafá Mrabet, que acompañó a Goytisolo, destacó que luchar contra las injusticias hacia los inmigrantes «desde la literatura, desde la intelectualidad, es una tarea más necesaria que nunca». Por su parte, el escritor José María Ridao apuntó que los emigrantes españoles «lo tenían infinitamente mejor» que los inmigrantes de ahora.

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El escritor Juan Goytisolo ha reunido en un libro una treintena de artículos y ensayos en los que analiza tanto la actitud de España ante el fenómeno de la inmigración como el mestizaje árabe y judío de la cultura española. Ilustrado por doce artistas de España y Marruecos que homenajean a su autor, se titula ‘España y sus Ejidos’. Editado por HMR, es una miscelánea de textos en los que se aborda la relación de España con el mundo árabe y su postura ante la incesante inmigración procedente del Magreb y del Africa subsahariana. Goytisolo recoge en sus 240 páginas una buena parte de los escritos que ha dedicado a esta cuestión desde finales de los años 50 hasta 2002, en los que evalúa el cambio de situación que se produce desde que España es un país emisor de emigrantes, con destino sobre todo a Francia y Alemania, hasta su transformación en país receptor de inmigración árabe. En ambos casos, el testimonio y la visión del escritor es doble y original. Desde su residencia en París observó en los sesenta el autoexiliado Goytisolo la llegada de las inmigración española, portuguesa o turca. Desde Marraquech, su actual residencia, es testigo hoy de la salida del país de miles de magrebíes y subsaharianos que intentan alcanzar las costas europeas jugándose la vida en busca de su particular Eldorado. La privilegiada relación cultural de España con el mundo árabe queda patente en unos textos que analizan también la formación de la cultura española como fruto del mestizaje entre cristianos, musulmanes y judíos. El mudejarismo, como una característica fundamental de la literatura, la arquitectura o el arte supusieron un auge económico e internacional que aún no ha alcanzado parangón desde entonces, a criterio de Goytisolo, que trata de reflejarlo en ‘España y sus Ejidos’.

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Ha concluido en Tetuán (Marruecos) el encuentro de editores españoles y marroquíes en torno al último libro el escritor Juan Goytisolo, ‘España y sus Ejidos’ (Hijos de Muley-Rubio), tras la intervención del propio autor. A lo largo de este acto y ante un auditorio que superó el centenar de personas, Goytisolo aplaudió la iniciativa literaria por haberse organizado «entre foros independientes», en alusión a la revista ‘Cuadernos de Norte’, la librería Al Anwar y la editorial HMR. Juan Goytisolo entabló un diálogo con los lectores que acudieron a la convocatoria, donde destacó que la edición de este libro reunía artículos sobre la inmigración escritos a lo largo de sus últimos 40 años desde una óptica poco usual: la del español que residiendo en París vio llegar a miles de compatriotas que arribaban a Europa, y también la del residente en Marruecos que ve partir a los marroquíes en un periplo similar al que realizaron sus vecinos del norte. Insistió en que era necesaria una mayor educación cívica que ayudase a comprender cómo las necesidades económicas y de mano de obra eran la principal causa de este éxodo «que no se detendrá», y alabó la decisión de la Generalitat de Cataluña de crear en Casablanca una oficina de información para facilitar asesoramiento a los eventuales trabajadores marroquíes que piensan establecerse en España. Moderado por el profesor Abderrahman Ben el Ahmar, quien destacó que el fenómeno de la inmigración no era «más que un pretexto para abordar el tema de la alteridad», a contiuación intervineron el librero Abdelaziz Sbai y los editores Federico Utrera y Abdelhamid Beyuki, quienes coincidieron en lamentar la unilateralidad de la mirada española hacia el norte, a costa del alejamiento de los espacios comunes con el sur. El poeta y filólogo José Luis López Bretones subrayó el interés del encuentro por reunir en torno a un mismo autor dos visiones «desde la orillas árabe y latina» del Mediterráneo, mientras que el profesor Abdelhamid Sarraj se detuvo en las analogías entre las trayectorias de Juan Goytisolo, Jean Genet y Miguel de Cervantes.

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La obra de Juan Goytisolo continúa acaparando la atención de editores y lectores como lo demuestra la reedición de su libro Estambul Otomano (Planeta 1989), que desgraciadamente se presenta ahora sin las excelentes ilustraciones que acompañaban la primera edición, y la publicación de España y sus ejidos, una recopilación de artículos sobre la emigración aparecidos en las últimas cuatro décadas en libros, revistas y periódicos. (…) Al igual que le ocurrió al conocer las abandonadas tierras de Almería a finales de los años cincuenta, Goytisolo se muestra de nuevo conmovido por algunos lugares de la geografía turca donde todavía no ha llegado la revolución industrial, el desarrollo salvaje y el destrozo ambiental. En estos espacios, el autor encuentra un mundo en el que el tiempo y la historia parecen detenidos y en el que prevalecen las tradiciones sociales y las relaciones humanas. Por su parte, en los artículos reunidos en España y sus ejidos, la mayoría de los cuales aparecieron en la Prensa en los últimos cuatro años, Goytisolo analiza el fenómeno de la emigración del sur al norte, sus causas (pobreza, desempleo y analfabetismo), y sus consecuencias (muerte en pateras, racismo, desigualdades laborales y diferencias raciales, religiosas y culturales) con el propósito de «fortalecer la sensibilidad política del lector» (pág. 14). A Goytisolo le duele especialmente el hecho de que los españoles se nieguen a adquirir una cultura de la emigración, que acepten el mestizaje racial y cultural, más cuando la llegada de pueblos y de personas de múltiples orígenes está en la raíz de nuestra historia y de nuestra configuración geográfica, social y artística. Por ello, los sucesos ocurridos en el pueblo almeriense de El Ejido, que representan la culminación simbólica del conflicto entre el casticismo español y el mundo árabe, actualizan de forma trágica la incomprensión, la insolidaridad, la xenofobia y el racismo. Frente al «infierno» de El Ejido, el autor opone el barrio parisino de Sentier, «lo contrario al gueto» (pág. 50), donde conviven ejemplarmente ciudadanos franceses con personas de muy distintos orígenes, culturas y creencias. Los artículos recogidos en este volumen, escritos por lo general en una excelente prosa, oscilan entre el reportaje periodístico y el ensayo de corte crítico. Todos ellos contribuyen a conformar una autobiografía personal e intelectual del escritor que abarca desde los años treinta hasta finales de siglo, dejando constancia del inalterable compromiso de Juan Goytisolo con los marginados y los emigrantes, de su deseo de lograr una sociedad más justa, más solidaria y más mestiza.

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La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha organizado para hoy, dentro de la programación de actividades culturales paralelas a sus cursos de verano, una nueva edición de ‘Los Martes Literarios’, en la que el escritor Juan Goytisolo deshojará su árbol de la literatura. Goytisolo (Barcelona, 1931), que reside actualmente en Marrakech, escribió su primera novela, Juegos de manos, en 1954. A ésta le siguieron Duelo en el paraíso (1955), El circo (1957), Fiestas (1958) y La resaca (1958). Estas tres últimas obras formaron parte de la trilogía El mañana efímero. Señas de identidad (1966), una de sus obras más valoradas, supone un giro de signo experimentalista en el que profundiza en Reivindicación del Conde Don Julián (1970) y Juan sin tierra (1975). En ambas manifiesta su ruptura con España y su heterodoxia total con respecto a los valores de Occidente. Goytisolo recibió en 1985 el Premio Europalia, el mismo año en que narró su vida en Coto Vedado. Su libro más reciente, España y sus Ejidos, reúne artículos y ensayos en los que aborda la relación entre España, el mundo árabe y la inmigración que procede del Magreb y del África subsahariana. La cita con Juan Goytisolo será a las 20:00 en el Paraninfo de La Magdalena.

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G.M.
El narrador Juan Goytisolo protagoniza hoy, al margen del ciclo académico que imparte en torno a su obra, la tribuna de los Martes Literarios. El escritor, que reside en Marrakech, escribió su primera novela, ‘Juegos de manos’, en 1954. A ésta le siguieron ‘Duelo en el paraíso’ (1955), ‘El circo’ (1957), ‘Fiestas’ (1958) y ‘La resaca’ (1958). ‘Señas de identidad’ (1966), una de sus obras más valoradas, supuso un giro de signo experimentalista en el que profundiza con ‘Reivindicación del Conde Don Julián’ (1970) y ‘Juan sin tierra (1975)’. En ambas manifiesta su ruptura con España y su heterodoxia total. Goytisolo recibió en 1985 el Premio Europalia. Su libro más reciente, ‘España y sus Ejidos’, reúne artículos y ensayos. Otras obras suyas son ‘Makbara’, ‘Coto vedado’, ‘Telón de boca’, ‘En los reinos de taifa’. (Paraninfo de La Magdalena, a las 20.00 h).
El escritor español Juan Goytisolo presentó su última obra «España y sus ejidos» -una recopilación de artículos y entrevistas en los que durante cuatro décadas relató el complejo fenómeno de la inmigración- que en los próximos meses llegará a la Argentina. Publicado por la Editorial Hijos de Muley-Rubio, la presentación se llevó a cabo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con lapresencia de los escritores Fanny Rubio, José María Ridao y Mustapha El M’Rabet, quien también preside la asociación de inmigrantes marroquíes en España ATIME. (Télam-SNI)

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Rosa Mora
«Integración bien aplicada y no extranjería: resulta indecente calificar de ilegales a los seres humanos, como veo escrito en nuestra prensa. Los inmigrantes venidos a Cataluña serán tarde o temprano tan catalanes como los antiguos xarnegos», afirmó ayer Juan Goytisolo en una conferencia sobre la inmigración en el marco del Año del Mediterráneo de la Universidad Autónoma de Barcelona. El Gobierno socialista no supo prevenir las nuevas realidades de la mundialización y en vez de una ley de integración de la mano de obra requerida por la industria, la agricultura y un sector de servicios en constante expansión, parió una ley de extranjería a un tiempo injusta e inaplicable y cuyos efectos colean aún. Con el PP, las cosas se han agravado», dice el escritor, que vive habitualmente en Marraquech. (…) Goytisolo habló de su experiencia personal con la emigración y recordó cuando se fue de eEspaña en 1956 y se instaló en París. Su exilio fue cultural, político y social: «Había decidido abandonar un país en donde todo me era negado. La libertad de pensar, de escribir, de publicar, de rebelarme contra el régimen y su iglesia». Ya en el viaje se encontró con emigrantes españoles, valencianos sobre todo, que abandonaban el país por motivos económicos. Buena parte de los testimonios que recogió aparecen en su último libro «España y sus Ejidos» (Hijos de Muley-Rubio)

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El escritor español Juan Goytisolo, afincado en Marrakech, defendió ayer la apertura de una oficina de inmigración en Casablanca por parte de la Generalitat de Cataluña, al tiempo que criticó las políticas en esta materia de los gobiernos socialista y popular. «El Gobierno socialista no supo prevenir las nuevas realidades de la mundialización, y, en vez de una ley de integración de la mano de obra requerida por la industria, la agricultura y un sector de servicios en constante expansión, parió una ley de extranjería a un tiempo injusta e inaplicable y cuyos efectos colean aún», declaró el escritor en Barcelona, adonde se desplazó para presentar su último libro, España y sus Ejidos. Sin embargo, también tuvo palabras para el PP, del que dijo que «ha agravado las cosas». «Los cambios restrictivos en la ley -afirmó- han tenido el efecto contrario: multiplicar el número de indocumentados, en lugar de fomentar una regulación de la inmigración en función de las necesidades laborales en los países de procedencia.

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Carla Fibla
La editorial independiente Hijos de Muley-Rubio presentó ayer en Tetuán junto a los editores de ambos lados del Estrecho un ensayo sobre los últimos 40 años de emigración e inmigración a través de los ojos de Juan Goytisolo. Su finalidad e intención: «Que vean la brutal realidad» . Enemigo de los actos oficiales, el escritor barcelonés se desplazó desde Tánger, donde pasa siempre unos días en verano, huyendo del calor y los turistas de la Plaza Jemaa el Fnaa de Marakesh, para rodearse de amigos y conocidos y hablar de las migraciones.
«España y sus Ejidos» es un libro de edición cuidada en el que se recopilan sus artículos publicados en prensa y revistas escritos por Juan Goytisolo durante los últimos 40 años. Las ilustraciones de 12 artistas de las dos orillas del Estrecho ilustran este desgarrador fenómeno. En un análisis sentimental pero crítico, Goytisolo considera que es posible frenarlo: «No se trata de abrir las fronteras, sino de que, según informes del BBVA, España necesita para mantener su actual nivel económico y de prestaciones sociales 230.000 inmigrantes anuales», concreta Goytisolo quien también reconoce que al mismo tiempo asegura que España vive una falsa sensación de «avalancha, invasión, marea o peligro». La solución proviene, según el autor, de las acciones individuales, de intentar tratar el problema de fondo según las necesidades de los países de acogida, preparando al inmigrante a la vida desarraiga que le espera al otro lado de su frontera. «Hay que enseñar los oficios que son necesarios en España para que el emigrante pueda encontrar un camino, en lugar de enfrentarse a las fronteras cerradas y a un papeleo administrativo imposible. Esto es lo que impulsa la inmigración ilegal». Goytisolo pide una política informativa, tanto de la Administración marroquí como de la española. Y evitar esa actitud «irracional» en la que se han sumido las relaciones bilaterales entre ambos países desde la decisión del reino alauí de no firmar el acuerdo de pesca con la Unión Europea. Abandonar frases como «al moro ni agua», que pronunció el presidente del Gobierno español, José María Aznar. Ante la posibilidad de que surjan otros Ejidos, Goytisolo apunta que es necesario «acabar con los guetos y hacer una política sensata con respecto al inmigrante». Las claves de una buena integración en los países que hoy son receptores de inmigración se concentran, según el autor, en terminar con la hipocresía respecto a estereotipos demasiado asentados en nuestra sociedad, dejar de confundir las culturas con las tradiciones, «la cultura de esos», y atreverse a hablar de religión en lugar de plantear sólo afinidades culturales, cuando se deben abordar las diferencias entre los que llegan y los que les reciben. Goytisolo confesó durante la presentación de su libro que todo lo que tenía que escribir o decir sobre la inmigración está en este volumen, que no quiere repetirse y ahora se trata de aplicar lo que ya se sabe que ocurr

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La casa editorial HMR acaba de publicar un libro de Juan Goytisolo titulado «España y sus ejidos». Es una obra que recopila una serie de artículos y entrevistas ya publicados en periódicos y revistas españoles También contiene una entrevista publicada en el número cinco de la revista marroquí Cuadernos del Norte. A pesar de que algunos textos se oficiales como no gubernamentales con un humor quijotesco y una crítica mordaz. Estas actitudes se contradicen con la modernidad pretendida por sus autores. Una de las paradojas que más irrita a Juan y publicaron hace décadas, la obra sigue manteniendo su vigencia ya que trata las actitudes españolas tanto que además de encontrarla graciosa le hace sentir lástima al mismo tiempo, es la desmemoria. Desmemoria de los que sufrieron las lacras de la emigración y de la dictadura cuando ignoran el sufrimiento de quienes se ven hoy obligados, por la pobreza y la tiranía que imperan en sus países de origen, a errar por El Ejido o por los senderos de un país donde mucha gente sigue temiendo las fantasmagorías creadas por el imaginario enfermo de antaño. Fantasmagorías que se esfuerzan en resucitar los que detienen el poder político, los nuevos ricos y los seudointelectuales. El libro abarca una introducción y cuatro partes. Prepararon la edición del libro J. L. Bretones, A. Ben El Ahmar y A. Sarraj. También contiene ilustraciones de artistas españoles y marroquíes cuyas biografías fueron elaboradas por F. Utrera.

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Luc Demeuleneire
¿ Es posible que lo que no sucede sea más importante que lo que sucede ? En Tetuán la Blanca, en el norte marroquí, lo improbable desafía a veces abiertamente los límites del buen sentido… De hecho, el lunes 28 de julio, en la antigua capital del protectorado español, la entrevista a Juan Goytisolo, minuciosamente preparada al fuego de la admiración, se disipó de repente en el calor blando del verano y dejó paso, incidentalmente, a la reflexión y la introspección. El desencuentro con el otro se transformó en un encuentro consigo mismo. Los grandes escritores deben de tener en común con los Maestros Zen que unos y otros son capaces de desatar los vientos de la tormenta interior. En el fondo, bastó con ponerse a escuchar las volutas del té a la menta que corren por la atmósfera para que, milagrosamente, se despejaran las sombras…
Yo había llegado la víspera, el domingo 27, por la tarde, tras una épica travesía del Estrecho. Llegado especialmente para entrevistar a Juan Goytisolo con ocasión de la presentación de uno de sus últimos libros, «España y sus ejidos», publicado por la editorial HMR, había previsto un día de descanso el martes 29, para reposar y «rentabilizar» el viaje (unas 24 horas en tren, barco y coche) antes de volver a España… Resultó que la entrevista no tuvo lugar y que, en contra de lo esperado, el día libre, el martes 29, ¡ fue más importante que el que había motivado mi desplazamiento ! En el plano intelectual, al menos… Desde el otro lado del espejo, de la barrera norte-sur, en realidad entendí que todo es una cuestión de punto de vista, de visión… Ya lo sabía, claro, pero no es lo mismo «saber» que «sentir», y aquel día, en los jardines de una antigua fortaleza española transformada en terraza de bar, en compañía de Abderrahman Ben El Ahmar, profesor de filosofía y amigo íntimo del escritor, puedo decir que lo sentí. Sin duda Juan Goytisolo está cansado de tanta vida pública, de tanto circo mediático, y eso puede explicar su falta de interés por una entrevista, pero también es más que probable que el antiguo compañero de Guy Debord y Jean Genet esté hoy profundamente impregnado de cultura árabe, ¡ en la que está sumergido desde hace ya tantos años !
Cuando, en el ardor de la conversación, brota la idea de un artículo atípico, presentado bajo la forma de textos cortos con aire de aforismos, y le digo a Abderrahman que la idea le gustará a Juan Goytisolo, se echa a reír y me dice: «No importa si a él le gusta o no; si quieres ser «goytisoliano», hazlo porque a ti te gusta, y punto.» (…) Juan Goytisolo ya no tiene que probar nada. «Está en el cielo», como diría su último editor, Federico Utrera (HMR). De ahora en adelante tiene medios para escoger, para decidir. Además, ¡ rechaza dos de cada tres invitaciones ! Al inicio de la presentación de su libro «España y sus ejidos», declaró que estaba allí porque se trataba de un acto organizado por un editor pequeño, una revista cultural también pequeña (Les Cahiers du Nord – ¡ cuyo redactor jefe no es otro que Abderrahman ! -) y un pequeño librero independiente…
El autor afirma que es «un español sin ganas». ¿ Entonces quizá es «un marroquí con ganas» ? En todo caso, ha decidido vivir en Marrakech y hoy, tal como me ha reconocido, habla más en árabe que en español. También parece más a gusto con marroquíes que con sus compatriotas…, aunque Abderrahman afirma que no hace diferencias, que si la mayor parte del tiempo estuvo rodeado de magrebíes, es pura casualidad. Dicho esto, ¿ por qué no podría sentirse más marroquí que español ? ¡ Yo mismo me siento más español que francés ! (…) ¿Hace falta más de lo que tenemos para estar felices ? Concretamente, ¿ mi vida hubiera sido más plena, más perfecta si Juan Goytisolo me hubiera concedido una entrevista en privado ? A la sombra de las murallas centenarias, entre cantos de muecines, comprendí que no, que lo que es está bien y es suficiente; que, en el fondo, no necesitamos más; que a menudo lo que nos impide alcanzar la felicidad son precisamente nuestros deseos, nuestra sed de conquista, de posesiones, etc. De repente me sentí cercano a la filosofía sufí, tan comparable – Juan Goytisolo lo ha señalado en varias ocasiones – a la de los místicos cristianos, como San Juan de la Cruz, por ejemplo. Mirando a Abderrahman -pedir otra vez té a la menta- tuve además la sensación de que si vine a Tetuán, no fue para encontrarme con Juan Goytisolo, sino para encontrarme con él… o, al menos, para tener esta charla trascendental. ¿ Quién sabe ?

 

 

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