Editorial Hijos de Muley Rubio

Pollux, editor de «Pétalos de confinamiento» de Arrabal: «a menos Gobierno más libertad, a menos Estado más persona»

El editor literario de «Pétalos de confinamiento», Pollux Hernández junto a Fernando Arrabal. A su lado, el retrato del novelista Michel Houellebecq realizado por el dramaturgo, cuya amistad se ha recogido en un libro

[/caption]FEDERICO UTRERA. La editorial «Libros del Innombrable» participa en la Feria del libro de Zaragoza (caseta núm. 15) que se clausura este domingo 12 de junio (2022) en el Parque Grande José Antonio  Labordeta de Zaragoza. Como en otras ocasiones, la editorial comparte caseta con Espacio Ralo con una selección de libros de otras editoriales complementarios con el catálogo de la editorial. Alicia Silvestre, Carlos Alcolea, Juan Luis Borra, Esther Lapeña o el propio escritor, poeta y editor Raúl Herrero son algunos de los que han estado presentes. Pero otro de sus libros más afamados es «Pétalos de confinamiento» de Fernando Arrabal, un «artefacto» arrabalesco que contiene un variado mosaico literario que el define como «un testimonio de los dédalos». Su editor literario Pollux Hernández contesta en esta entrevista a 5 preguntas sobre estos «Pétalos«.

Federico Utrera es autor de «Arraballebecq», versión «teatrera» del libro de Fernando Arrabal sobre Houellebecq que editó «Libros del Innombrable» y que aún no se ha llevado a las tablas

«Peor que Franco y Hitler, y sus copias de hoy, la monstruosidad del confinamiento»… «Pétalos de confinamiento», nueva obra de teatro de Arrabal. ¿Por qué cree que compara la reclusión por Covid con los regímenes dictatoriales? –Porque todo confinamiento (o enjaulamiento, que eso es lo que la palabra significa) es la negación, más o menos benigna, de la libertad, y ya se sabe que si hay algo en lo que Arrabal cree y por lo que lleva luchando toda su vida es la libertad. Vamos con los apéndices del libro y sus «Ditirambos»: «Todo poeta presente, puede vivir el instante de la infinita faena, de Juan Ramón y su don», escribe el autor. Descifre al torrencial e infatigable Arrabal. –Creo que aquí «don» (aparte de la rima deliberada, a las que Arrabal es muy aficionado) se refiere al estro, ese regalo que los dioses otorgan a los poetas y que algunos, como Juan Ramón, usan ejerciendo su tarea diaria como una profesión. «Mensajes volanderos»: «El mejor gobierno es el que menos gobierna. (Thoreau). Estado moderno Estado modesto». Interprete al ácrata y liberal Arrabal. –Arrabal pertenece a un partido político del que él es el único miembro, por lo que la injerencia de cualquier tinglado estatal en su existir es muy fácil, ya que el individuo es nada ante el colectivo regimentado bajo un gobierno; de ahí que, a menos gobierno, más libertad individual y, a menos Estado, más persona.

El último libro de Arrabal

«Se escribe sobre mí ¿puros fakes news? sin compararme al inolvidable Ramón Gómez de la Serna, «Arriba» publicaba todos los domingos sus greguerías. En vez de ¿echarle sin echarle? se publicaron ¿con guasa? sus últimas, una detrás de otra, sin ningún punto y aparte». Describa la complejidad de editar a Arrabal. –Como cualquier poeta, Arrabal da mucha importancia a la forma de su escritura, una forma tan acendrada que le sale espontáneamente incluso escribiendo un simple mensaje electrónico. En esa forma incluyo no solo la puntuación (le encantan los puntos suspensivos), sino también y sobre todo ciertas fórmulas breves entre la metáfora y la aparente jitantáfora (él lo llama «arrabalescos»), que podrían compararse con las greguerías, aunque no son lo mismo. Hay que tener también en cuenta que, cuando escribe, Arrabal piensa en dos lenguas, lo que da lugar a algunos galicismos de gran riqueza expresiva. En su apéndice fotográfico: «Desde mi balcón, segunda semana triunfal con el oso de Houellebecq como un gallo desplumao sin el coreano insuperable». Informe sobre la última hora de FA-MH. –Houellebecq le regaló a Arrabal un enorme oso de peluche con el que posó en esa foto en el balcón de su casa durante el confinamiento. Hace unos meses Houellebecq le decía a Arrabal que estaba harto de obedecer consignas antipandemia, y Arrabal le hizo este retrato.

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