Editorial Hijos de Muley Rubio

JRJ: dos versiones en prosa sobre Madrid

 

Juan Ramón, por Vázquez Díaz
Juan Ramón, por Vázquez Díaz

Miguel de Luna

Me desperté, las 4, ya día esmeril, vertical, azul y agua. Un nudo en el alma. Por el arrabal del sueño hondo, se quedaba, como en el foso último de un teatro de vida y muerte, la revuelta pesadilla: mi desnuda morita enamorada, la revolución brillante y colorida de alhajas, sedas, luces, el pequeño sultán graso con sus sólidos bigotes de lagarto y su alfanje con rubíes cojido, para mi garganta, de la panoplia del Paraíso verde de Mahoma. Yo creía que yo estaba diciendo: «Por aquí, morita hurí, por aquí». Pero en realidad, ya de pie conciente tras un sorbo de agua, lo que yo me encontré repitiendo, y con gran prisa, era: «Amar, amer, amir, amor, amur. Amur, amor, amir, amer, amar». JRJ. Morita Hurí. Obra Poética (Ed. Espasa). Vol II, Tomo IV. Viajes y sueños. Lápiz Patrio. (Ed. Domínguez Sío). Pag 660. 

Por fin acaban de ver la luz los dos volúmenes de «Obra Poética» (verso y prosa) de Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura cuya concesión cumple precisamente 50 años en 2006 coincidiendo con el 125 aniversario de su nacimiento. La decisiva actuación de la Biblioteca de Literatura Universal (BLU), que dirije Claudio Guillén, en colaboración con la editorial Espasa y un amplio grupo de estudiosos y especialistas, han propiciado este hercúleo trabajo, una aproximación decidida a sus Obras Completas cuya ausencia aún averguenza a la cultura en castellano cuando tantos y tantos otros contemporáneos, e incluso algunos poetas aún vivos, ya han gozado -seguramente con todo mérito- del privilejio que supone ver la mayor parte de su producción reunida. El pobre Juan Ramón, tan rico en jenialidad, luminoso, prolífico, orijinal y creativo, dejó su poesía y su prosa tan abierta, tan sujestiva, tan atrayente, que los editores que asumen con paciencia y cabeza hacer frente a la dificultad de sus nuevas ediciones (el material inédito sigue siendo abundantísimo y lamentablemente sufre serio riesgo de deterioro y pérdida por la falta de dijitalización de su archivo en Puerto Rico), merecen un sincero aplauso por encima de cualquier otra consideración, envidia, vendetta o rencilla, tristemente habituales en el mundo poético, político o universitario. 

Un ejemplo: sólo por la habilidad de haber descubierto y divulgado el bello texto juanrramoniano que figura como encabezamiento de este artículo, ya merecen la pena las miles de horas que los escasos editores habrán sacrificado a este trabajo. Y deleitándose con la lectura y comentario de los demás, se dan por bien empleados los euros que cuesta la edición, pues desde ese punto de vista parece hasta una oportunidad. La típica y tópica crítica literaria, que se mueve entre el sibilino pellizco de monja o el dojmatismo y la prepotencia pura y dura, encontrará en esta edición los motivos de siempre para devaluarla: que si las razonadas exclusiones de poemas, prosas, textos (y aún libros enteros) impiden acercarla a una «obra completa» (no saben los críticos cuántas facilidades se otorgan así a futuros investigadores y editores ¡desagradecidos!), que si se atribuyen inéditos que no lo son (hasta «unos» 77, si atendiéramos al cómputo jenérico que se hace de los primeros «Libros de Madrid» publicados como tales por Bretones y prologados por Robayna); que si al final las habituales premuras en las entregas descuidan las «notas» (los lamentos por el hecho de que en 2001 apareciera en solitario «Libros de Madrid» y desbaratara la edición estan bien argumentados, pues desde ese año hasta que la obra saliera de imprenta en 2005 es tiempo insuficiente para tener que datar 77 veces en quizás demasiadas pájinas las iniciales LM, que ya aparecen referidas en otras partes del libro); que si desconciertan las habituales erratas (en un trabajo de esta envergadura -casi 6000 pájinas- que la curiosa prosa sobre Antonio Vinent «vuele» de una pájina a otra según el índice consultado no es sino la mota de polvo de una ordenación que debió estar lindante a la locura, aún careciendo de onomástico); o que si desaprovechan, entre otros, el conocido y precioso texto «Ascensión», que da título a ese libro, cuando de su lectura se deduce que es improbable que su exclusión haya sido por pereza: «Quién eras tu, dime, ¿por qué me pareciste mía? ¿Cómo comprendí la mirada de tus ojos y la sonrisa de tus labios, que tanto tiempo miraron y sonrieron sin que mi alma lo supiera? ¿Quién eras tu, dime, que tornas a la nada del olvido, tras el mediodía de nuestro amor?…» (LM, pág 291).

Una vez sopesada la jeneralidad (y jenio) de toda la obra, habrá pues que reconocerlo: ninguna de estas observaciones resulta interesante, ni aún menos relevante. Lo sustancial es que el patronato de la BLU, que preside Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona, se prestijia con obras como ésta, que el director Claudio Guillén (nobleza y jenética obligan) demuestra con ella una sensibilidad y tenacidad como pocas, que Trueba y Blasco han coordinado no sólo las últimas, sino unas de las más lustrosas pájinas del juanrramonismo y así debería consijnarse en los anales de su historia, y que Morán, Cardwell, Alarcón, Carvajal, Martín Aires, Del Olmo, Díaz de Castro, Lanz, León, Trigueros, García Lara, Jensen, Ródenas, Young, Valero, Reyes, Vázquez Medel, Sanz Manzano, Domínguez Sío, J.R. González, G. Gullón, van Ree, Piedra, Wilcox, Pérez Benito y Mercedes Juliá, prologados por De la Concha, son acreedores del mismo reconocimiento y laurel que quién tuviera la feliz idea de abrir los dos volúmenes con el retrato de Juan Ramón por Vázquez Díaz.

Da gusto comprobar por una vez como en la España de hoy puede encararse una edición rigurosa del Premio Nobel menos leído y más asaeteado y falazmente etiquetado de toda su literatura, con cierta dijnidad de medios materiales y holgura en los personales. No todas las editoriales pueden presumir de ellos, pero eso no empece para que entre todas (las más grandes y las más pequeñas, las más pesadas y las más lijeras, las más lujosas y las más precarias, las más clásicas y las más innovadoras), absolutamente todas las que ingresan en este delicioso sanatorio de retraídos que supone editar a JRJ, contribuyan, por poco que sea, a su divulgación y disfrute para el lector de lengua castellana. Enhorabuena a todos.

(A continuación se reproducen sendos artículos sobre las prosas de Juan Ramón realizados por la web de Es espasa.com (de la editorial Espasa) y por la agencia Efe).

 

NOTICIAS DEL ESPAÑOL:
LA PROSA INÉDITA DE JUAN RAMÓN

www.esespasa.com
La mayoría de amantes de la literatura recuerda a Juan Ramón Jiménez como un gran poeta. Lo fue. Pero además de esta faceta, el escritor onubense también escribió en prosa. Como muestra de ello, se acaba de editar «Libros de Madrid», una obra que reúne más de un centenar de textos inéditos localizados en el archivo de Juan Ramón Jiménez en Puerto Rico. Se trata de una de las pocas obras en prosa de este genial poeta.La calidad y el reconocimiento de la obra poética de Juan Ramón Jiménez dejó en segundo plano la producción literaria en prosa de este autor, mucho más reducida que la poética. Sin embargo, la reciente obra Libros de Madrid reúne más de 100 textos inéditos del autor onubense, procedentes de su archivo en Puerto Rico.

El volumen repasa de manera autobiográfica las vivencias de Jiménez en la capital española, donde vivió mas de 30 años. El principal encanto de la obra se centra en la escasa producción en prosa de este Premio Nobel, que en sus 78 años de vida sólo publicó dos títulos en este género: Platero y yo y Españoles de tres mundos.


Libros de Madrid realiza un recorrido por el Madrid de la época de Carlos III, que tanto añoraba el autor. Así, la prosa poética de Jiménez aparece impregnada de colores, cielos y paisajes de la capital española, con la primavera, los árboles, la Puerta de Alcalá y el Retiro como principales temas y escenarios.
El autor andaluz inició los textos en Madrid, pero los acabó en Puerto Rico, donde estuvo exiliado. «Trabajó este libro como un arquitecto», explica la sobrina-nieta del poeta, Carmen Hernández Pinzón. El poeta andaluz decidió el color rojo y oro de las cubiertas del libro, así como las portadas, portadillas y capítulos de la obra.

Una búsqueda exitosa 
Aunque Libros de Madrid se ha acabado de recopilar recientemente, la historia comenzó hace más de 30 años. Fue entonces cuando el sobrino del escritor, Francisco Hernández Pizón, inició la búsqueda entre los documentos del archivo del poeta, tanto en la Universidad de Puerto Rico, como en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.

«No se puede decir que éste sea el libro definitivo que dedicó a Madrid», cuenta Carmen Hernández, que destaca las continuas correcciones del poeta en sus textos. Los familiares, que conocían la letra de Jiménez, han dado validez a los textos inéditos de esta obra, una gran oportunidad para recordar la prosa de uno de los mejores poetas españoles de la historia.

Juan Ramón Jiménez (1881-1959) nació en Moguer (Huelva) y estudió en la Universidad de Sevilla. Los poemas de Rubén Darío le conmovieron en su juventud, así como la producción de los simbolistas franceses. En 1900 publicó sus dos primeros libros: Ninfeas y Almas de violeta. Poco después, se instaló en Madrid, aunque viajó mucho a Francia y a EEUU, donde se casó con la mujer que le acompañó toda su vida: Zenobia Camprubí.

Al estallar la guerra civil española, se vio obligado a exiliarse. EEUU, Cuba y Puerto Rico, país donde murió, fueron sus destinos. Pero antes, dejó tras de sí una trayectoria literaria ejemplar, que se vio corroborada con el Premio Nobel de Literatura cuando su salud ya estaba muy delicada.

A lo largo de su vida, Juan Ramón Jiménez fue depurando sus obras y haciendo una selección de sus poemas favoritos. Entre ellos, destacan Poesía escogida, Segunda antología poética, Canción y Tercera antología. La influencia modernista se percibe en sus primeros libros, aunque su obra goza de una identidad propia, marcada siempre por el simbolismo.

La belleza de su poesía se aprecia en obras como Baladas de Primavera, La soledad sonora, Diario de un poeta recién casado o Eternidades. Alcanzó la plenitud con el verso, pero también cautivó con la prosa. Su Platero y yo es el libro español traducido a más lenguas del mundo, junto con El Quijote, de Miguel de Cervantes.

* Libros de Madrid, Juan Ramón Jiménez (HMR). Edición de José Luis López Bretones. Prólogo de Andrés Sánchez Robayna, 2001. (20,4 e)

JRJ: NUEVA EDICIÓN CRÍTICA DE SU «OBRA POÉTICA»
Madrid, EFE / 18-8-05
Los archivos de la Universidad de Puerto Rico sobre el poeta español Juan Ramón Jiménez (1881-1958) han nutrido la nueva edición crítica de su «Obra Poética» que acaban de editar los españoles Javier Blasco y Teresa Gómez Trueba. 

El próximo año se conmemoran los 50 años de la concesión del Premio Nobel (1956) a Juan Ramón Jiménez y el 125 aniversario de su nacimiento. Ahora, después de diez años de trabajo, los dos expertos publican esta edición con más de 80 textos inéditos. 

La editorial Espasa, que en su colección BLU (*Biblioteca de Literatura Universal) reúne clásicos de la literatura universal, ahora recoge en dos tomos y bajo el título «Obra poética (en verso y prosa)» la inmensa obra del poeta, que, hasta ahora y después de que su primer libro de versos haya cumplido cien años, no tenía una edición suficiente. 

El hecho de que no existieran ediciones críticas de sus libros y de que muchos de los títulos que escribió sigan inéditos trata de ser paliado con esta edición que saldrá a la venta en septiembre próximo gracias a Blasco y Gómez Trueba, profesores de la Universidad de Valladolid que dirigieron un equipo de diez personas. 

«Se trataba de hacer una edición con la poesía que Juan Ramón había publicado en vida y cuyas ediciones están hoy agotadas, y con la prosa, que en su mayoría estaba sin publicar, porque en vida el poeta sólo publicó ‘Platero y yo’ y ‘Españoles de tres mundos’, explicó a EFE Teresa Gómez Trueba.La coautora aseguró que los textos en prosa proceden del material conservado en los archivos de Puerto Rico y Madrid, y en los fondos de la familia». Se trata de una edición con un gran aparato crítico, ampliamente comentada, que incluye estudio de variantes, cotejo con los textos de otras versiones y cita de otras publicaciones,

Teresa Gómez subraya, sin embargo, que «en el caso de Juan Ramón nunca se puede decir que ha quedado fijada su obra porque hay mucho material, además del que se muestra en estos libros. Queda mucho hasta que no se digitalicen los archivos, es casi imposible asegurar que se está dando la última versión». 

Y es que Juan Ramón Jiménez, el poeta que tenía un deseo permanente de superación y perfección hacia el camino de la poesía pura, no paraba de corregir sus textos. Incluso después de haber sido publicados. 

También pasaba así con su prosa, que valoraba especialmente por considerarla un vehículo idóneo para la expresión poética, aunque, como reconoce Gómez, «no se sabe por qué no llegó a publicar sus libros en prosa». 

Entre los textos de gran valor en prosa que ofrece esta edición destaca uno de los más desconocidos, «Viajes y sueños», un volumen con muchos títulos inéditos hasta la fecha. 

También los «Libros de Madrid», que, aunque han sido publicados, se presentan en esta ocasión con una estructura distinta, y muchos poemas en prosa, inéditos, que -como dice Gómez Trueba- harán las delicias de los amantes de la poesía de la verdad y la belleza de Juan Ramón Jiménez. 

De esta edición han quedado excluidos «por inabarcables» los textos autobiográficos, cartas y ensayos, recuerda la experta, y añade que con esta edición se da un gran paso adelante para hablar de Obras Completas, ya que aquí ven por primera vez la luz libros nunca antes editados como tales, o libros que se conocían parcialmente». 

Esta estudiosa también se queja, como la familia del poeta, de que, extrañamente, Juan Ramón Jiménez no ha recibido el apoyo institucional que han tenido otros grandes poetas, como (Federico García) Lorca o (Antonio) Machado, que «están menos olvidados y son más leídos».De cualquier manera esta publicación es un buena ocasión para acercarse a la poesía ambiciosa de Juan Ramón, que pasó por muchas etapas, primero el Modernismo, luego las vanguardias y después la poesía más pura, compleja y filosófica, como él muy bien lo explica en su poema «Poesía»: «Vino, primero, pura/vestida de inocencia/y la amé como un niño./ Luego se fue vistiendo/de no sé qué ropajes/y la fui odiando, sin saberlo./Llegó a ser una reina/fastuosa de tesoros/…/Y se quitó la túnica,/y apareció desnuda, toda/…/¡Oh pasión de mi vida/, poesía desnuda,/mía para siempre».

* «Obra poética», (2 volúmenes: obra en verso / obra en prosa), Juan Ramón Jiménez. Ed. Espasa (BLU). Ed. de Javier Blasco y Teresa Gómez Trueba, 2005. (150 e).

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