Carmen de Burgos, Colombine, la primera mujer que se dedicó al periodismo en España y pionera en tantas otras cosas, sigue estando de actualidad. Desde Portugal conocimos las palabras de César Antonio Molina, que en su libro Sobre el iberismo (Ediciones Akal), con prólogo de José Saramago, desgrana parte de las complejas relaciones entre estos dos vecinos: «Una de las mayores divulgadoras de la literatura portuguesa fue Carmen de Burgos (Colombine) por muchos años compañera sentimental de Ramón y de su aventura portuguesa. En Cosmópolis escribió sobre todos los grandes poetas y narradores portugueses y se aventuró a apostar por poetas prácticamente desconocidos, incluso en su propio ámbito, como Camilo Pessanha o Mário de Sá-Carneiro».
A este recordatorio le han seguido otros como el de Susan Larson, profesora de Lengua y Literatura Moderna de la Universidad de Nueva York, quien ha concluido la edición crítica de la novela La rampa, que aun permanece inédita. Este trabajo incluye un prólogo de Michael Ugarte, catedrático norteamericano cuya labor sobre esta autora es bien reconocida, al igual que la de las profesoras Roberta Johnson, Maryellen Bieder y Judith Kirpatrick, quienes desde varias academias de Estados Unidos, intentan difundir su figura. La investigación de Susan Larson se centra en la importancia de La rampa en la trayectoria del feminismo español.
Siguiendo con las novedades, el Centro de Estudios Blasco Ibáñez de Burjassot (Valencia), ha encontrado una carta del novelista en la que confirma que esta autora era su editora literaria y corregía sus habituales faltas de ortografía o sintaxis, fruto de la torrentera vital y literaria en la que estaba inmerso el genial escritor. En el Archivo Histórico Nacional tambien se ha sacado a la web la referencia de dos misivas desconocidas. La primera es del articulista y escritor Cesar González Ruano, fechada en Sitges y dirigida a Carmen de Burgos, en cuyo sobre se acompañaba un recorte de prensa del remitente publicado en el Diario España de Sevilla el 28 marzo 1939, siete años después de la muerte de Colombine. La carta se halló en el archivo de Adriano del Valle y en este legado también ha aflorado otro correo de Isaac del Vando Villar (1890-1963) al propio Adriano del Valle donde se alude a la escritora en relación con Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, Fernando Pessoa y José Ortega y Gasset.
Entre estas buenas nuevas, la editorial Renacimiento de Sevilla ha alumbrado felizmente la novela erótica La que quiso ser maja, obra breve editada en pequeño formato que destacó por su atrevimiento en una época extraordinariamente pacata. En esa línea, Ricardo Krauel en su Voces desde el silencio (Ediciones Libertarias), ha dedicado un interesante capítulo al «homoerotismo, decadentismo y estecismo» de las célebres obras de Carmen de Burgos El veneno del arte y Ellas y ellos o ellos y ellas.
Desde Almería tambien ha salido a la luz el trabajo de Helena Establier Pérez bajo el título Mujer y feminismo en la Obra de Carmen de Burgos «Colombine», que se adentra por diversas facetas de la escritora, aunque sin duda sus aportaciones más singulares se producen en el capítulo sobre Las degeneradas con unas tesis que seguramente sean juzgadas por algunos timoratos como polémicas.
El único pero, desgraciadamente siempre el mismo, es la mediocre edición realizada por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) de la Diputación de Almería, que sorprende a los lectores con una hoja volandera insertada en las tripas del libro, que complementa la bibliografía pero que desluce un sesudo trabajo sobre aspectos opacos de la literata. No se entiende cómo la contagiosa decadencia de algunos responsables del IEA da lugar a desafueros de este calibre, que empañan a menudo la delicada tarea de recuperación de Colombine