SONIA BLUE. «Desenterrando Sad Hill», de Guillermo de Oliveira es el curioso y original documental que se presenta esta Martes y 13 de noviembre de 2018 (20:30 horas) en Majadahonda, desafiando la fatídica fecha del calendario y sin más miedo que al escenario cinematográfico que ha preparado Gabriel Rodriguez, director de los Cines Zoco, que actuará como moderador. Y es que el lugar del «duelo a muerte» son estas exquisitas salas majariegas de autor. Frente al cineasta estará Federico Utrera, escritor, periodista, profesor y doctor en Comunicación Audiovisual, entre cuyas áreas de conocimiento figura el western europeo. Ofrecemos el perfil de ambos intervinientes, junto con la reseña de este documental que hizo el cinéfilo Jordi Costa.
JORDI COSTA (El País). Con su forma circular, el imaginario cementerio de Sad Hill fue algo más que un camposanto: coliseo romano, plaza de toros, anfiteatro habilitado para la representación de una tragedia, pista de baile, tablao flamenco donde ejecutar una danza de la muerte, altar sacrificial… O, también, un espacio para lo sagrado, un territorio ritual, como subraya Joe Dante en una de las entrevistas recogidas en el documental «Desenterrando Sad Hill», de Guillermo de Oliveira. El cementerio de Sad Hill es el espacio mítico donde se desarrolla el imponente clímax final de «El bueno, el feo y el malo» (1966), una de las obras catedralicias del spaghetti western, barroca culminación de la «Trilogía del Dólar» de Sergio Leone: allí, la cámara del cineasta abrazaba la abstracción siguiendo los pasos de Tuco (Eli Wallach) a los sones de «El éxtasis del oro» de Ennio Morricone. Y, de hecho, de éxtasis iba toda esa virtuosa coreografía formal que alcanzaba su paroxismo en ese enfrentamiento a tres bandas que petrificaba el tiempo. Levantado para el rodaje en una zona silvestre cercana a Santo Domingo de Silos y abandonado a su suerte una vez finalizó la producción, el cementerio fue sepultado por el tiempo. Lo que documenta «Desenterrando Sad Hill» es el esfuerzo por la recuperación de ese espacio mítico por parte de un grupo de apasionados cinéfilos que cayeron bajo el embrujo de la obra maestra de Leone. Un trabajo de amor en nombre de una variante mitómana de la psicogeografía: un lugar no es solo su historia o su memoria geológica, sino también las ficciones que ha generado y los sueños que ha engendrado. El documental abusa de las entrevistas y se acerca peligrosamente al reportaje, pero su grupo de arqueólogos del mito, con su heterodoxa cinefilia de pico y pala, seduce y conmueve.
GUILLERMO DE OLIVEIRA (La Voz De Galicia). Todos los que hayan visto «El bueno, el feo y el malo», conocerán el cementerio de Sad Hill. Tumbas y más tumbas en una disposición circular que impactaban en los diferentes planos que allí se rodaron para esta famosa película del oeste. Eso sí, no muchos sabrán que esas imágenes se sitúan en Burgos y que existe una asociación que lo ha recuperado y puesto en valor. Precisamente sobre todo ese trabajo se centra el largometraje del director vigués Guillermo de Oliveira, que hace un repaso por el rodaje y también el abandono que sufrió posteriormente el enclave durante los cerca de 50 años posteriores. El documental cuenta entre sus grandes bazas con la aparición del mismísimo Clint Eastwood, quien resalta la buena idea de recuperar y recrear ese cementerio, en el que transcurrían los 20 minutos finales del filme. El trabajo de Oliveira explora el empeño de los fans pero también la influencia del arte y el cine como sustituto de la religión. Además, cuenta con la aportación de dos de los mitos de la película, puesto que junto a la aportación de Eastwood también aparece Ennio Morricone. A ellos se suman también técnicos de la película como Carlo Leva, Sergio Salvati y Eugenio Alabiso o los directores de cine Joe Dante y Alex de la Iglesia. Oliveira llevó este trabajo a los principales festivales de Europa. Para colaborar con su trabajo, abrió una campaña en crowdfunding en el que cualquiera pudo colaborar y verse reflejado en los agradecimientos de la película.
FEDERICO UTRERA. Espaguetti Western, un plató almeriense. (Universidad de Almería). El espaguetti western ha sido un género cinematográfico denostado por la crítica cinéfila, pero por fortuna las más recientes investigaciones están rescatando las innovaciones del género que realizaron Sergio Leone en el campo de la imagen y Ennio Morricone en el de la música, aprendida en un seminario en Darmstadt con John Cage. Durante este curso repasamos con vídeos, fragmentos cinematográficos y música los poemas cinematográficos sobre el western de Luis Cernuda (“Nevada”), a los que siguieron los de Jorge Luis Borges (“El bisonte”), Juan Luis Panero (“El forastero”), Pere Gimferrer (“Raíces profundas”) o Juan Marsé en su novela «El fantasma del cine Roxy». La pintura metafísica de Giorgio de Chirico en el primer surrealismo, las influencias de Joan Miró (“El oro del azur”) y Salvador Dalí (“Desnudo en el desierto”) en películas concretas del género, sirvieron de base para abordar este curso en uno de los escenarios más conocidos del western hispano-italiano. Entrevista de Víctor Blanco a Federico Utrera sobre Western (Universidad de Burgos).